Lo que parece un espejismo o una utopía figura en los informes del gobierno dentro del Quinto Plan Básico de Ciencia y Tecnología (2016), un primer paso necesario para lograr ese gran cambio social que convertirá el guion cinematográfico en realidad.
A tono con las dinámicas convergentes entre los espacios virtual y físico, esta redactora pidió la colaboración del modelo de inteligencia artificial GPT-3 de la compañía OpenIA, el cual, en cuestión de segundos, respondió a la solicitud de escribir una introducción narrada en primera persona para un artículo sobre la IA en Japón (traducido al español con la IA DeepL).
“He visto el auge de la IA de primera mano y creo que desempeñará un papel importante en el futuro del país. Ya hay muchas aplicaciones basadas en la IA en Japón, y espero que este número siga creciendo.
“En el mundo empresarial, por ejemplo, la IA se utiliza para mejorar la eficiencia y crear nuevos productos y servicios. En el sector educativo, la IA se utiliza para personalizar el aprendizaje de los estudiantes. En el sector sanitario, la IA se utiliza para diagnosticar enfermedades y ayudar a los pacientes a recuperarse de una operación”
Así de optimista es la respuesta de GPT-3, una IA capaz de comprender y generar tanto lenguaje natural como código fuente de programas. Resulta fascinante pensar en el potencial de otras aplicaciones para esta tecnología, más involucradas en las actividades cotidianas o en el funcionamiento macro de la sociedad.
El Japón 5.0 promete la superación de importantes barreras que frenan el desarrollo económico y social inclusivo, entre las cuales se destacan la brecha generacional respecto al uso de la tecnología, la despoblación rural, la disminución de la natalidad, el envejecimiento poblacional y la reducción de la mano de obra.
ROBÓTICA
Las noticias sobre nuevos avances en la robótica son tan comunes en la agenda mediática nipona que cada vez consideramos menos inquietante una vida futura dependiente de los dispositivos electromecánicos, como hoy lo somos de los ordenadores, los teléfonos celulares y el Internet.
Mediante la inteligencia artificial los robots perfeccionan las habilidades para las cuales fueron creados. Portadores de una red neuronal recurrente, aprenden patrones en las características de los datos y se especializan en determinadas funciones, a ritmos y volúmenes imposibles de asimilar para los seres humanos.
En la biblioteca pública Omonogawa, prefectura de Akita, un robot inventarió 20 mil libros en decenas de minutos, mientras los trabajadores requieren de una jornada laboral entera para concluir la misma tarea.
El experimento tuvo lugar en marzo de 2022 con el propósito de lograr la automatización completa del proceso y así reducir la carga de trabajo de los empleados, según declaró la alcaldía de la ciudad de Yokote, donde radica la biblioteca sede del estudio.
Un trabajo conjunto entre el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF), empresas privadas, universidades, institutos de investigación y otras organizaciones afines, favorece los progresos en el plan de “agricultura inteligente”, que apuesta por una producción de alta calidad y el ahorro de mano de obra.
Fue así como surgieron los robots autónomos cosechadores de repollos (Universidad Ritsumeikan/Osada Farm Machinery), tomates (Corporación Panasonic) y fresas (Universidad de Utsunomiya/i-eat) equipados con IA.
En fase de prueba están la Trasplantadora de arroz con piloto automático y el Cortacésped con mando a distancia para segar terraplenes de arrozales, ambos desarrollados por el Instituto de Maquinaria Agrícola/Organización Nacional de Investigación Agrícola y Alimentaria.
Existen varios prototipos de drones voladores destinados a la fumigación de los sembrados. Los diagnósticos de una IA permiten la aplicación precisa de fertilizantes, deshierbe y control de plagas, cuya ventaja radica en la optimización del tiempo y los recursos.
El MAFF testea otras invenciones como un brazo robótico que utiliza la tecnología Real-Haptics para clasificar y seleccionar frutas y verduras, mientras automatiza el empaque de cajas. Asimismo, un sistema mediante teléfonos inteligentes gestiona de forma remota los niveles de agua de los arrozales, con una reducción del 80 por ciento del tiempo de trabajo.
Desde hace algunos años varios restaurantes y comercios nipones exploran el uso de autómatas para evitar el contacto directo con las personas y asegurar la mano de obra. Esta alternativa ganó mayor aceptación y popularidad desde el estallido de la pandemia de Covid-19.
En su plantilla laboral, algunos establecimientos incluyen camareros con forma de gato o caras y voces de Youtubers virtuales, así como robots vendedores con rasgos humanoides, elaboradores de alimentos, expendedores de helados y auxiliares de limpieza.
La empresa japonesa Softbank Robotics sobresale entre las surtidoras del mercado con más de 35 mil de sus creaciones dispersas en alrededor de 70 países. Los productos de la compañía incorporan sensores, altavoces, cámaras y tecnología de reconocimiento de voz para brindar asistencia de acuerdo a los requerimientos del cliente.
CALIDAD DE VIDA
Según cálculos del gobierno japonés, para 2050 el 35 por ciento de la población superará los 65 años, lo cual representará más gastos médicos y de seguridad social. Por tal motivo, el proyecto sociedad 5.0 priorizará la salud y los cuidados en el ámbito de la vida asistida.
El procesamiento de grandes volúmenes de datos mediante IA permitiría realizar diagnósticos automáticos, evitar el agravamiento de enfermedades e incluso obtener mejores tratamientos. Todo a partir de la medición fisiológica en tiempo real de cada individuo, sus antecedentes médicos, información del ambiente y archivos compartidos entre hospitales.
A propósito, un proyecto conjunto del Centro Nacional del Cáncer y la Corporación NEC permite desde 2021 el reconocimiento temprano del cáncer de colon y minimiza los riesgos de muerte.
Las partes crearon un dispositivo médico capaz de detectar tumores colorrectales en tiempo real, mediante el análisis de imágenes endoscópicas realizado por una IA en constante aprendizaje automático.
Como parte de un mismo sistema de telemedicina, los robots podrían suplir la carencia de enfermeros para la atención ambulatoria y a largo plazo de ancianos o personas con discapacidades físicas.
Japón dispone ya de varios modelos de robots médicos especializados en cuidados específicos. Entre los más importantes se destaca Hinotori, el primero de soporte quirúrgico de alta precisión producido en el país, cuyo lanzamiento tuvo lugar en 2020.
La postal del futuro muestra carros autónomos. A partir de ese momento, el deterioro de la vista o de la resistencia física que vienen aparejados a la vejez no obstaculizará la movilidad de las personas, ni siquiera en las zonas rurales o despobladas donde escasea el transporte público.
Estos vehículos ofrecerán seguridad, pues cuentan con sensores y cámaras que emiten advertencias y reducen la velocidad cuando detectan peatones cercanos. Asimismo, evitarán las caminatas de los ancianos hasta las paradas de autobuses o las estaciones del metro.
Las entregas a domicilio constituyen otro uso potenciado por empresas desarrolladoras de carros autónomos como Panasonic, según la cual esta tecnología contribuirá a la creación de una comunidad donde las personas y la movilidad coexistan de manera sustentable y eficiente.
Los carros que operan en la vía sin conductores, gracias a un sistema basado en algoritmos de IA, son una realidad visible en algunas ciudades japonesas, donde actualmente se realizan pruebas para perfeccionar su funcionamiento.
El gobierno pretende extender la iniciativa a toda la geografía nacional. En tal sentido, en marzo de 2022 adoptó un anteproyecto para revisar la Ley de Tránsito respecto a los servicios de movilidad autónoma de nivel cuatro (conducción semiasistida).
CIUDADES INTELIGENTES
Desde 2010 el gobierno nipón invierte en proyectos de espacios citadinos donde todo esté interconectado para satisfacer de forma automática las necesidades de los seres humanos. Estos lugares se denominan ciudades inteligentes y por ahora son laboratorios habitados donde los investigadores prueban propuestas tecnocientíficas con vista a la sociedad 5.0.
Las ciudades inteligentes, como expresión suprema de la convergencia entre lo físico y lo virtual, eliminarían disparidades regionales, garantizarían la tranquilidad ciudadana mediante la predicción automática de delitos y asegurarían la calidad de vida de los habitantes gracias a la telemedicina y la movilidad autónoma.
Flotas de IA, robots y sensores realizarían labores de inspección y mantenimiento de edificios, carreteras, puentes, alcantarillados y embalses, las 24 horas del día.
Asimismo, las ciudades inteligentes dejarían una huella ecológica, a partir del uso exclusivo de energías renovables como parte de la matriz eléctrica que alimentará los hogares, el transporte y el resto de la infraestructura local.
Aunque las aguas lucen apacibles rumbo al éxito de la sociedad 5.0, Japón trabaja por superar limitaciones que retrasan el arribo a tierra firme, como la escasez de recursos humanos para el desarrollo de IA o la lenta incorporación de esta tecnología a las dinámicas del mundo corporativo.
En cuanto a los nubarrones distópicos que podrían convertir la sociedad 5.0 en una saga ciberpunk, dejaré que sea la optimista GPT-3 quien los describa.
“Existe la posibilidad de que estas tecnologías se utilicen de forma perjudicial, por lo que deben abordarse con precaución. Por ejemplo, la IA podría utilizarse para crear armas poderosas o para manipular las emociones de las personas, mientras que el Big Data podría utilizarse para rastrear los movimientos y actividades de las personas.
“La robótica y el Internet de las cosas también podrían utilizarse para explotar los datos personales de las personas o para controlar su comportamiento. Por tanto, aunque estas tecnologías tienen el potencial de beneficiar a la humanidad de muchas maneras, también suponen una amenaza para nuestra seguridad y privacidad”
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