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domingo 30 de junio de 2024
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ESCÁNER: Filiberto Azcuy, puro espectáculo (+Fotos +Info +Video)

La Habana (Prensa Latina) Filiberto Azcuy Aguilera, célebre por su poderoso agarre y su tenacidad sobre los colchones, puede ser considerado sin temor a dudas como el luchador más espectacular nacido en Cuba.
Por:
Lemay Padrón Oliveros
Periodista Redacción Deportes

Claro que enseguida sonarán las alarmas porque hay un gigante como Mijaín López, cuyo palmarés no tiene parangón en la historia de este deporte, pero las proyecciones en la máxima categoría no son tan frecuentes.

De hecho, en el Campeonato Mundial de 1995 fue seleccionado el luchador más espectacular (título que no se entregó en otras ediciones), pese a que no fue campeón, sino medallista de bronce. Por ahí se puede valorar el impacto de su estilo entre los especialistas.

Por eso ponemos al nativo de Camagüey en este trono, sin restarle un ápice de mérito al que busca su quinto oro olímpico en París 2024.

De hecho, si en Cuba la selección del mejor luchador del siglo XX hubiera sido del todo justa, esa designación hubiera recaído en el gladiador camagüeyano.

Decimos esto porque cuando se hizo la selección, a principios del año 2000, todavía le quedaban unos meses a esa centuria, los justos para que el Fili se hiciera con los máximos honores.

Hasta ese momento tenía la más que anhelada medalla de oro para cualquier deportista, alcanzada en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, pero no era campeón mundial.

No obstante, en la cita de Sydney 2000 el corajudo gladiador antillano logró una hazaña al convertirse en el único en la historia de estas citas estivales en titularse por segunda ocasión en una división más pequeña que la de su debut.

En la Olimpiada norteña, Azcuy se coronó en los 74 kilogramos de la lucha grecorromana contra todo pronóstico, y cuatro años más tarde, con la reestructuración de las categorías, y nuevamente sin aparecer en la lista de máximos candidatos, se llevó de nuevo gloria, ahora en los 69, peso en el que apenas tenía unos meses de adaptación.

Esos méritos, ya lo hubieran señalado como el mejor de la historia, pues fuera del boxeo y la hazaña mundial de Alberto Juantorena, ningún otro cubano ha subido a lo más alto del podio más de una vez en la máxima competencia deportiva del planeta en el orden individual.

Mayúsculos sacrificios adicionales significaron para el voluntarioso atleta, que comenzó a practicar esta disciplina con apenas 10 años (y tras convencer a su padre porque lo quería convertir en voleibolista), las exigencias en cuanto al peso corporal.

Tuvo que sufrir bastantes reprimendas familiares porque no querían que fuera luchador, y casi a escondidas se iba a los colchones hasta que fue captado para el concentrado nacional luego de ser subcampeón nacional juvenil.

Desde su debut al máximo nivel, tuvo que cambiar cuatro veces de división: primero los 74 kilogramos, luego los 76, luego los 69, y por último la vuelta nuevamente a los 74.

Esto es solamente tomando en cuenta la categoría de mayores, pues en sus edades juveniles seguramente tuvo también que lidiar con las balanzas, pero su disciplina con los entrenamientos le abrió todas las puertas.

No obstante, la gloria de Azcuy no terminó en el año 2000, sino que se mantuvo en alza, pues al año siguiente completó el medallero dorado al coronarse en el Campeonato Mundial, celebrado en la ciudad griega de Patras, y donde él guió a la mayor de las Antillas a una histórica coronación por países.

Eso fue en la división de 69 kilogramos, donde parecía nadar en su propia agua, pero al año siguiente hubo cambios una vez más y se retornó a los 74 porque hubo una reducción de categorías, y ya no fue el mismo, contra hombres con mejor distribución corporal de tamaño y fuerza.

No obstante, resultó un hueso durísimo de roer en la cita estival de Atenas 2004, donde cayó en tiempo extra ante el finlandés Marko Illy-Hanuksela, quien luego acusó el esfuerzo del tope con el antillano y no pudo ganar la final.

Tras su retiro del deporte activo, el Fili trasmite sus experiencias a sus colegas en el equipo nacional de lucha grecorromana.

Como integrante del colectivo técnico nacional siguió sumando incursiones en Campeonatos Mundiales, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.

jcm/lp

Colaboraron en este trabajo:
Julio César Mejías
Jefe Redacción Deportes
Laura Esquivel
Editora Web Prensa Latina
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