El antiguo almacén y fábrica de aceite -sito en la zona del Vedado-, emergió en el contexto de la mayor de las Antillas como un portal a otra dimensión pues logró articular coherentemente todas las expresiones estéticas junto a un modelo de negocios singular, sostenible y rentable.
Referente en la escena de las industrias culturales y creativas a nivel internacional, FAC conjuga la promoción de lo mejor del arte local con un entramado comercial, único de su tipo en el mundo.
Fundada el 13 de febrero de 2014 por el cantante y compositor de la nación caribeña X Alfonso, FAC ostenta cinco nominaciones a los premios de viaje y turismo World Travel Awards y figura en la lista de los 10 lugares de obligada visita en Cuba realizada por The New York Times.
De igual forma, destacó en los premios Travellers´Choice de TripAdvisor, aparece en el registro de los 100 mejores destinos del mundo publicado por la revista Time en 2019 y es considerada como una sede de entretenimiento líder en el Caribe.
ORGANISMO EMPRESARIAL VIVO
Aunque la idea marcó sus primeros compases hace más de una década, como un proyecto itinerante y luego instalada en sitios emblemáticos de la capital, no fue hasta septiembre de 2012 que tomó forma el proyecto, recordó Alfonso en exclusiva con Prensa Latina.
“Todo confluyó para que apareciera este espacio pues en ese año el gobierno estaba entregando edificaciones en desuso y a la par empezaron a surgir los negocios por cuenta propia, que dieron vida al sector no estatal en la isla”, sentenció la directora de relaciones internacionales del centro, Sandra Lopes.
Por su parte el director de FAC, X Alfonso, evocó el nacimiento del modelo de gestión del laboratorio cultural, el cual funciona como un organismo vivo que se transforma y adapta constantemente.
La idea era integrar tanto la cultura como el sector privado, “y exactamente eso fue lo que se estructuró aquí, todos los bares y servicios son de cuentapropistas, y ello permite y garantiza la sostenibilidad económica del proyecto”, apuntó Lopes.
De esta manera, FAC devino ejemplo del poder de las industrias culturales y creativas, definidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como actividad organizada en torno a la producción, promoción, difusión y/o comercialización de bienes, servicios y actividades artísticas o patrimoniales.
Si bien esta tendencia abarca los sectores editoriales, audiovisual, fonográfico, de artes visuales, escénicas y espectáculos, turismo, patrimonio, educación, diseño, moda, agencias de noticias, entre otros, el proyecto de la nación caribeña encontró la concatenación de todas esas actividades, sin perder calidad.
“El ser humano tiende a encasillar las cosas, pero es muy difícil circunscribir a FAC a los esquemas de las industrias creativas, porque es un electrón libre, se va moviendo y adaptando, se nutre de los procesos sociales y crece”, explicó el instrumentista, compositor, intérprete y artista visual cubano.
INYECCIÓN DE ARTE
Sin estructura rígida, la maquinaria de la institución presenta un entramado de partes, que surgen esencialmente de preceptos estéticos, aunque su valor central sea utilitario, por ello es posible apreciar arte desde los portones de entrada a la instalación, hasta las barras de los bares, paredes y techos.
“Todos los espacios están intervenidos, es un entorno totalmente visual y cultural, la idea es que todo tenga diversos fines, de libre de creación y abierto a la diversidad de propuestas, aunque están delimitadas cinco naves temáticas”, refirió Alfonso.
Diseño, arquitectura, fotografía, teatro, danza, música clásica, cine, culinaria, entre otras manifestaciones, llevan el sello de un sitio marcado por la modernidad, sin perder de vista el pasado ancestral, las raíces afrocubanas y la mezcla de identidades adheridas al ADN cubano.
En ese sentido Alfonso señaló que “el pasado nos conduce al futuro, rescatar las raíces es primordial en la cultura, aunque realmente no nos dedicamos a eso, sino que emerge de manera natural, en mi familia se ha convertido en el trabajo de toda la vida y en los demás artistas es evidente”.
Asimismo, todo el trabajo de FAC se rige por un requisito indispensable -afirmó Lopes- “la calidad artística”, pues transitan por un amplio espectro de la cultura cubana y en muchas ocasiones con invitados internacionales, lo cual obliga a mantenerse alertas y ofrecer lo mejor.
Desde su apertura, la visitaron personalidades del mundo de la música como Lady Gaga, Jon Bon Jovi, Mick Jagger, Rhett Miller y Dominic Miller, Billy Gibbons, David Chamber, Jeff Berlin y Johana Simón, entre varios.
Igualmente, acoge diversos eventos como los festivales Havana World Music, Jazz Plaza, Nuevo Cine Latinoamericano, de música electrónica Eyeife, Peace and Love, Las voces humanas, y Johann Sebastian Bach.
“Tenemos un gran equipo que es el corazón, la bomba de fábrica; democráticamente se hace la curaduría de todo que pasa (por aquí), no miramos currículo, simplemente la calidad de la obra. Somos demasiado exigentes, nunca estamos satisfechos, nos retamos siempre a mejorar”, sentenció la directora de relaciones internacionales y cofundadora de la iniciativa.
Aquí se vive una experiencia diferente cada vez que nos visitan, o sencillamente al pasar de un espacio a otro dentro de FAC, para ello el diseño de la programación abarca todas las edades y favorece la absorción de cada propuesta, “es como si el arte entrara en las venas”, refirió.
SURFEAR ENTRE TENDENCIAS CREATIVAS
FAC subió, además, a la ola de la tendencia mundial de la creación digital conocida como NFT (no fungible tokens), como un mecanismo para diversificar opciones y respaldar el creciente número de cultores de esta manifestación.
Acompañamos el fenómeno de los NFT y vimos cómo se estaban moviendo algunos artistas cubanos en esa área, recordó Lopes, quien destacó las intenciones iniciales de hacer una galería digital y publicar videos de conciertos para mantener la dinámica de fábrica en medio de la pandemia de la Covid-19.
“De esta manera aparece la idea de montar la plataforma nft.FAC, que tuvo mucho éxito, porque los artistas ansiaban mostrar su obra y esta constituye una ventana mundial de comercialización”, señaló.
Desde esta plataforma la entidad apoya y difunde el criptoarte entre los exponentes de las diferentes disciplinas en la nación caribeña, al tiempo que intenta guiar y facilitar el uso de esta revolucionaria vía en desarrollo y exhibe archivos de arte cubano previamente hospedados y luego generados en NFT.
La institución acompaña a los autores de cada pieza en confección de los NFT y en los procedimientos para la visualización, promoción y posible comercialización de las obras, validadas por certificados de autenticidad y derechos de autor.
“Era un fenómeno en boom, intentamos seguir la vanguardia e hicimos una convocatoria a nivel nacional, artistas de todo el país enviaron sus obras y tras el proceso de selección y curaduría, logramos reunir hasta la fecha más de 300 piezas firmadas por medio centenar de artistas”, rememoró Lopes.
ONDA EXPANSIVA
Lejos de la creencia popular que circunscribe el radio de acción de FAC a los muros perimetrales de la fábrica, la instalación es solo el epicentro de una onda expansiva que abarca la comunidad circundante, en el plano físico, y un universo digital desde las redes sociales.
Según informó la fundadora y directora de relaciones internacionales, desde los primeros años de funcionamiento el centro promueve actividades destinadas a los niños y jóvenes, como los talleres de verano, que cada año imparten de manera gratuita a más de mil 500 alumnos.
Apoyar el desarrollo local está desde la propia concepción de fábrica, lo cual tuvo sus primeras manifestaciones en la asociación con emprendedores locales para gestionar los bares y tiene su reflejo actualmente en las ferias mensuales y los espacios de capacitación.
En un universo paralelo, destacan también las acciones de Producciones FAC, iniciativa dedicada de desarrollar y difundir el trabajo de jóvenes artistas, ya sean materiales audiovisuales, obras de danza, música u otra expresión.
Pese al arduo trabajo que conlleva mantener el funcionamiento de los engranajes, sus gestores aseguran disfrutar cada proceso y aspiran a continuar generando energía a su alrededor, aportar a la formación de nuevas generaciones y crear una cantera de futuros artistas que crezcan en un ambiente cultural como este.
Una colaboración entre las instituciones de la enseñanza artística en Cuba y lo que se pudiera dar aquí formaría creadores más completos, bajo la premisa de la conformación de obras resilientes y amigables con el entorno, en aras de promover un arte distinto, emancipador, agregó X Alfonso.
“Muchas personas ignoran la profundidad del trabajo de FAC, la conocen de jueves a domingo y asumen que lo nuestro es fiesta, pero no es eso; en esta fábrica se trabaja cada día y lo del fin de semana sirve para respaldar todo lo que hacemos, los diversos proyectos y el aporte a la comunidad”, enfatizó Lopes.
Ubicar en tiempo y espacio el proyecto resulta una tarea complicada para los visitantes, FAC rompe con las dinámicas de la industria del entretenimiento en la isla, se apropió de un concepto revolucionario y provoca una colisión de los sentidos.
Hemos sentido la visión del que viene de afuera, el impacto que tiene en los extranjeros es extraordinario, no logran ubicarse en tiempo y espacio, aluden a ciudades al desarrollo cultural de ciudades como Berlín, Nueva York o Barcelona, y “nosotros siempre respondemos, no es otro país, estás en La Habana, Cuba”, concluyó Lopes.
arb/lbl