En 2021 el enfrentamiento a dicha actividad cobró dinamismo con la decisión del Consejo de Estado (Gabinete) de declararla ilegal, perseguirla y castigarla con rigor para evitar riesgos financieros y que los fiascos individuales se dispersaran por toda la sociedad.
Las autoridades la listaron entre los sectores a eliminar de inmediato, prohibieron todo tipo de proyecto afín y que las instituciones financieras, empresas e inversores usaran dicha forma de pago en cualquier tipo de transacción.
Y es que para China la minería ilegal de criptomonedas, aparte de desafiar al sistema monetario tradicional, obstruye su objetivo de lograr una economía sostenible, pues completar cada paso de su procedimiento resulta muy costoso en términos energéticos.
Registros internacionales llegaron a ubicar a este país como el corazón de la industria, con más del 75 por ciento global de las operaciones. Como los bitcoines se acuñan mediante múltiples ordenadores, se requiere una enorme cantidad de energía que proviene, en mayor parte, de combustibles fósiles.
De acuerdo con los cálculos de la publicación Digiconomist, la minería de la divisa virtual representa un 0,3 por ciento del consumo anual mundial de electricidad, su gasto es similar al de Finlandia y la huella de carbono anual equivale a la de Suiza.
Específicamente en China, el consumo anual por esa práctica alcanzaría el pico de 296,59 teravatios en 2024, y generaría 130,50 millones de toneladas métricas de emisiones de CO2, proyectó una investigación de la Universidad de Tsinghua y la Academia de Ciencias Sociales.
Tal conclusión obligó al Gobierno a tomar cartas en el asunto y empezó por Mongolia Interior, donde exigió eliminar todas las instalaciones vinculadas al lucrativo negocio.
Dicho territorio es considerado un paraíso gracias a sus bajas tarifas eléctricas.
A juicio de observadores resulta imperativo endurecer la vigilancia sobre la nueva industria, monitorear la reubicación ilegal de las minas de bitcóin en otras zonas del país y frenar la mentalidad de “contaminar ahora y arreglarlo después”, que durante años prevaleció mientras se expandieron otros sectores.
Algunos proponen excluir a quienes solo tengan interés por las ganancias, persuadirlos a establecerse en regiones ricas en energías limpias o aplicarle impuestos elevados, según el volumen de las emisiones tóxicas.
La ofensiva del Gobierno logró ahuyentar a muchos de los “mineros”, incluso hacia países como Canadá o Estados Unidos, así como disminuir la producción y exportación de máquinas utilizadas en la industria, pese a las demandas del mercado mundial.
No obstante, el combate continúa para destapar a compañías implicadas en el negocio, ya sea bajo el disfraz de centros de datos que gozan de políticas preferenciales en términos de impuestos, uso de tierras, precios de la electricidad, o también que funcionan como cibercafés.
E-CNY o la revolución del dinero digital
Mientras depura sus operaciones financieras de las criptomonedas internacionales, China tiene los ojos del mundo encima por traer a la realidad su Pago Electrónico de Dinero Digital o, sencillamente, el yuan digital con potencial para influir en una economía global dominada por el dólar estadounidense.
El e-CNY lo respalda el Banco Central, tiene el mismo valor de la moneda física y se usa mediante una aplicación que permite saldar las cuentas cotidianas y realizar transferencias bancarias internas.
De acuerdo con Fan Yifei, vicegobernador del Banco Central, el proyecto surge por la necesidad de digitalizar el efectivo ante los altos costos de imprimir billetes y monedas, y la persistencia de crímenes como las falsificaciones de dinero y el blanqueo de capital.
Si bien mencionó “cierto grado de anonimato”, citó entre las ventajas del e-CNY la posibilidad de dar seguimiento a las transacciones para detectar ilegalidades.
Desde 2019 China desarrolla prueba pilotos con su divisa virtual en distintas megaciudades, medios de transporte y zonas de consumo, y el salto mayor fue su introducción entre los participantes extranjeros en los recientes Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022.
Los entendidos ven al proyecto como un competidor de Alipay y WeChat, las dos plataformas privadas más populares de pagos digitales aquí.
Se espera que logre integrar al grupo de la población que todavía carece de cuentas bancarias y además impulse la internacionalización de la moneda china, si se usa en un futuro para el intercambio comercial de la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda.
No obstante, los detractores del e-CNY señalan la capacidad de Beijing de monitorear cada transacción como una dificultad para que los bancos extranjeros lo utilicen y puedan cumplir con las reglas de confidencialidad en sus países de origen.
Incluso, el tema alentó a Estados Unidos a trabajar en el dólar digital respaldado por su Reserva Federal.
Al respecto, el diario chino Global Times advirtió a la Casa Blanca sobre el peligro de incursionar en el sector solo con propósitos hegemónicos y para sancionar a otras naciones.
En tanto Changchun Mu, jefe del equipo creador del e-CNY, sentenció que la divisa digital china es una manera de salvaguardar la soberanía financiera y la condición de moneda legal mientras el país se prepara para afrontar “un día de tormenta”.
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