sábado 14 de diciembre de 2024
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ESCANER: El Salvador, ¿la tierra prometida del bitcóin? (+Fotos +Info +Video +Podcast)

San Salvador (Prensa Latina) En menos de un año, El Salvador se convirtió en una suerte de tierra prometida de las criptomonedas, o al menos así lo vende su presidente, el irreverente político Nayib Bukele.
Por:
Por Charly Morales Valido
Corresponsal jefe en El Salvador

En junio de 2021 y sin que nadie lo viera venir, Bukele reveló su decisión de impulsar la circulación del bitcóin como moneda de curso legal en esta nación centroamericana, referente de muchas cosas, pero no precisamente de modernidad.

En poco tiempo la idea se volvió ley, gracias a una Asamblea Legislativa (Parlamento) controlada por el oficialista partido Nuevas Ideas, y que alzó la mano a favor de la iniciativa de quien se autoproclama, jocosamente, “el presidente más cool del mundo mundial”.

Aquello no sentó bien a muchos, con todo y el despliegue mediático que tuvo la propuesta, sobre todo por el recuerdo aún fresco de la dolarización de la economía salvadoreña en 2000, cuando el colón fue borrado de golpe y porrazo, sin que la mayoría entendiera por y para qué.

Pero si acostumbrarse a calcular la vida en dólares estadounidenses fue complicado entonces, qué quedará para entender el bitcóin, algo intangible y volátil, cuyo valor puede desplomarse por un simple “tuit” o dispararse sabrá Dios por qué…

La administración Bukele dedicó tiempo y recursos a explicar las bondades del también llamado BTC (por su código bursátil), más allá del hito de que El Salvador fuera pionero mundial en adoptar una divisa que le pone los pelos de punta a los mecanismos financieros del “establishment”.

Por un lado, el mandatario destacó la posibilidad de enviar y recibir remesas sin pagar comisiones, algo nada desdeñable para un país altamente dependiente del dinero que mandan los “hermanos lejanos”, como llaman los salvadoreños a su numerosa diáspora.

De hecho, el Banco Central de Reserva de El Salvador precisó que en 2021 las remesas familiares recibidas en este país alcanzaron un máximo histórico de siete mil 517 millones de dólares, un alza de casi el 27 por ciento respecto al año anterior.

Sin embargo, las remesas en BTC aún representan una ínfima parte del total recibido, al menos en el primer trimestre de 2022, entre otras razones, porque la gente prefiere ir al seguro antes que confiarle su dinero a ese “algo” que hoy vale una cosa y mañana otra.

Por otro lado, la implementación -que no pocos consideran “imposición”- del bitcóin también desató las primeras grandes protestas populares contra la gestión de Bukele, acusado por los manifestantes de especular con fondos públicos y de propiciar el lavado de dinero.

Es más, desde que se abrió las puertas al BTC se enfrió un acuerdo casi listo para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregara un crédito de mil 300 millones de dólares, justamente por las dudas que genera la falta de transparencia en las transacciones.

DE BUENAS INTENCIONES…

…está empedrado el camino al Infierno, reza un viejo refrán. Algo así pasó con en El Salvador con el bitcóin: los problemas con Chivo Wallet, la billetera electrónica gubernamental, así como la falta de liquidez esfumaron el entusiasmo inicial de quienes vieron esta variante con buenos ojos.

Las redes sociales explotaron con denuncias de usuarios sobre transacciones no autorizadas a nombre de Chivo S.A. de C.V, la empresa que desarrolla la “wallet” de marras, y que no está obligada a ciertas rendiciones de cuentas, porque es privada.

Además, con la descarga y registro masivo en la Chivo Wallet se dieron problemas de robos de datos e identidad, así como la desaparición misteriosa de fondos en BTC, que iban de los 100 a los 16 mil dólares, sin que hasta ahora nadie haya respondido por ello.

Aparejada vino una avalancha de estafas digitales, y de “bots” que ofrecían una falsa atención al cliente, y que mediante enlaces a formularios o sitios web falsos robaron datos de los usuarios o, directamente, accedieron a sus monederos electrónicos.

¿Y por qué la ciudadanía quiso registrarse en la Chivo Wallet? Por la novedad, y porque el gobierno pagó un bono de 30 dólares a quienes se instalaron dicha aplicación, suerte de alternativa para un país donde el 70 por ciento de la población carece de servicios financieros o cuentas bancarias.

 

RIESGO NO APTO PARA TODOS

Mientras se vende al bitcóin como una panacea al alcance de todos, lo cierto es que el salvadoreño promedio no puede darse el lujo de ponerse a “holdear” (retener BTC en espera de una cotización más propicia) porque, sencillamente, el costo de la vida no lo permite.

César Villalona, vocero del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (Colproce), comentó a Prensa Latina que la Ley Bitcóin fracasa porque la mayoría de la población económicamente activa carece de patrimonio para lidiar con una caída repentina en el valor de las criptomonedas.

Villalona tampoco compra el discurso gubernamental sobre la atracción de capital extranjero, alegando que los empresarios no invierten en un país por su moneda, sino por atractivos como servicios, seguridad pública, jurídica y política, estabilidad económica y calificaciones de riesgo.

“El bitcóin no tiene importancia alguna en la economía de El Salvador, pues no es un medio de pago, ni reserva de valor, ni unidad de cuenta, y como medio de intercambio apenas supera el uno por ciento de la base monetaria”, señaló el especialista.

En resumen, el otrora miembro del Consejo Nacional del Salario Mínimo en El Salvador opina que la administración Bukele juega con el dinero del pueblo.

Pero el jefe de Estado resalta en redes sociales las compras que hace el Ejecutivo cuando el bitcóin está a la baja, con la idea de recuperar con creces esta inversión cuando la criptomoneda vuelva a subir, estrategia que parece lógica aunque entraña su buena dosis de polémica.

Por ejemplo, el Ejecutivo no informa cómo paga y dónde guarda los mil 801 bitcoines adquiridos desde la aprobación de la Ley Bitcóin, en septiembre de 2021, lo cual rompe el mandamiento de transparencia y libertad tan caros a los entusiastas del cripto.

 

MINERÍA COMPLICADA

Otra inquietud que genera el tema en El Salvador es la llamada minería, o sea, el proceso para la generación de criptomonedas mediante la solución de complejos problemas matemáticos en servidores que demandan un elevado consumo energético.

Al igual que la minería tradicional, la extracción de bitcoines también representa un gran problema ambiental, el cual Bukele propone evitar mediante la energía geotérmica de este volcánico país, para alimentar de forma limpia y sustentable el proceso.

En teoría la idea parece acertada, pero expertos locales dudan que El Salvador tenga tal capacidad de generación. Eso, sin embargo, no frena el entusiasmo de Bukele, que en noviembre pasado anunció su más futurista proyecto: Bitcoin City.

 

BIENVENIDOS AL FUTURO

Se trata de una ciudad que funcionará exclusivamente con criptomonedas, alimentada con energía volcánica, sin impuestos a la renta, las ganancias o la propiedad.

Para su construcción, El Salvador emitirá bonos por mil millones de dólares a 10 años, con un cupón del 6,5 por ciento: la mitad de dicho monto será destinado a comprar bitcoines y el resto a desarrollar una infraestructura espectacular, a juzgar por su maqueta.

El ministro salvadoreño de Hacienda, Alejandro Zelaya, asegura que el gobierno está listo para la emisión inicial de los llamados “Vulcano Bonds” (bonos volcán), y que solo espera la luz verde del propio Bukele, quien decidirá cuándo es el momento adecuado.

La apuesta es arriesgada: si la colocación de estos bonos funciona, la administración contará con una fuente de financiamiento que dejará en ridículo a sus críticos, pero si nadie los compra, tendrá que morir con el FMI, amén de pasar la vergüenza de reconocer su fracaso.

Bukele afirma que la demora en los bonos, que serán emitidos a través de la empresa energética LaGeo, obedece a que se quiere priorizar una reforma de las pensiones, otro tema peliagudo. Por lo pronto, el mandatario arrecia su cabildeo a favor del bitcóin.

Tan solo en marzo, Bukele recibió a Changpeng Zhao, más conocido como CZ, el presidente de la mayor plataforma mundial de “trading” de monedas digitales, Binance. También se reunió con el tercer hombre más rico de México, el empresario Ricardo Salinas, otro apasionado del cripto.

 

BRONCAS CON ESTADOS UNIDOS

La adopción del bitcóin es vista, inevitablemente, como un desafío a la hegemonía del dólar, lo cual crispa aún más las tensas relaciones de Bukele con Washington, donde 100 senadores impulsan una ley para limitar posibles amenazas al sistema financiero de Estados Unidos.

La denominada “Ley de Rendición de Cuentas sobre Criptomonedas en El Salvador” (ACES, siglas en inglés) promueve un informe federal sobre el marco regulatorio en la nación centroamericana y su capacidad institucional para mitigar los riesgos de las transacciones virtuales.

Además, la normativa verificará si El Salvador cumple con los estándares de las instituciones financieras multilaterales en materia de prevención, persecución y castigo de delitos financieros.

Con su célebre irreverencia, Bukele reaccionó dirigiéndose a los congresistas como “boomers” (personas nacidas entre 1946 y 1964) y diciéndoles, en otras palabras, que no se metieran en lo que no comprenden ni les atañe.

“Ustedes tienen cero jurisdicción sobre una nación soberana e independiente. No somos su colonia o su patio trasero o delantero. Manténganse fuera de nuestros asuntos internos. No traten de controlar algo que no pueden controlar”, tuiteó Bukele.

El debate en las altas esferas se caldea y el futuro del bitcóin entraña una gran interrogante para El Salvador, donde el ciudadano común solo tiene una certeza: la tortilla es cada vez más cara y el “pisto” (dinero) escaso. Lo demás son habladurías, o como dicen acá, “pura paja”.

arb/cmv

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Editora Especiales Prensa Latina
Yanet Llanes Alemán
Editora Web Prensa Latina
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