Por Luis Beatón
Corresponsal jefe en El Salvador
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, defendió la reforma constitucional aprobada el 31 de julio por la Asamblea Legislativa, que permitiría la reelección presidencial indefinida.
El gobernante escribió un mensaje en inglés en su red social X, donde señaló que el 90 por ciento de los países desarrollados permiten la reelección indefinida “y nadie se inmuta”, pero cuando lo hace un país pequeño “se convierte en el fin de la democracia”.
La Asamblea Legislativa ratificó una reforma constitucional acordada y aprobada dos horas antes, en donde se cambian al menos cinco artículos de la Constitución de la República, algunos de los cuales impedían la reelección presidencial en El Salvador. Destaca la ausencia de consulta popular, algo alejado en el país.
Nuevas Ideas (partido de Bukele) aseveró que esta reforma constitucional permite a la población reelegir cuantas veces quiera a un presidente de la República, así como lo hace con diputados o alcaldes; mientras, la oposición lo ve como una estrategia partidista para perpetuarse en el poder, indicó un informe del diario El Mundo.
Previo a esta modificación, el partido en el gobierno cambió en enero de 2025 el artículo 248 de la Constitución para permitir variar la Carta Magna en una sola legislatura con tres cuartas partes, es decir, 45 votos, precisó el diario.
La Sala de lo Constitucional ya había habilitado la reelección presidencial en periodo inmediato, en una resolución de septiembre de 2021, pero aclaró que la reelección en periodo continuo únicamente era permitida “una sola vez más”.
Ahora se extiende el periodo presidencial a seis años y se reduce el actual, por lo que los salvadoreños irán a las urnas en 2027, en vez de 2029, para elegir presidente y vicepresidente de la República, diputados de la Asamblea Legislativa y concejos municipales. Así garantizan el poder hasta 2033.
La mayoría de las iniciativas aprobadas no tuvieron el respaldo de los tres diputados de Arena y Vamos, quienes vieron en este proceso el deseo de los azules de perpetuarse en el poder.
La diputada Claudia Ortiz, de Vamos, rechazó que la reforma constitucional fuera para “devolverle el poder” al pueblo, como lo presentó la diputada Ana Figueroa, de Nuevas Ideas.
“Es un plan que ya tenían trazado. No es para devolverle el poder al pueblo, es para ustedes quedarse en el poder. Es todo lo contrario de lo que dicen que están haciendo”, subrayó Ortiz.
LO QUE HAY DETRÁS DE LA REFORMA
Detrás de estas modificaciones es evidente el interés de permitir que un gobernante sea elegido por el pueblo cuanta veces lo amerite su desempeño, y al parecer, los votantes aún ven en Bukele una alternativa para la solución de sus problemas.
La reforma borró, en el artículo 75 de la Constitución, la prohibición para suscribir actas, proclamas o adhesiones a fin de promover o apoyar la reelección o la continuación del presidente de la República. Esa conducta se castigaba antes en la Constitución con la “pérdida de la ciudadanía”.
El artículo 154 de la Carta Magna indicaba que “el período presidencial será́ de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.
El cambio plantea: “El periodo presidencial será de seis años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más. En el caso de una reelección, el primer día del nuevo mandato, no constituye un día más del periodo que finalizó”.
Ahora en El Salvador hay reelección indefinida, lo cual destapó un avispero de criticas de opositores y grupos defensores de los derechos humanos.
Sin embargo, algunos analistas estiman que eso no está mal, pues será el pueblo con su voto quien decidirá si una figura puede estar por tiempo indefinido en el poder. Otros opinan que eso buscó, desde 2019, el partido en el gobierno mediante acciones que fueron copando todos los poderes del Estado y que le permitieron el libre accionar.
Esto provoca reacciones encontradas, ante posibilidad de que Bukele se reelija de por vida; no solo son voces en el país sino también entre los residentes en el exterior, en especial, los 2,5 millones de salvadoreños residentes en Estados Unidos.
El tema fue abordado por el periódico La Opinión, de Los Ángeles, California, que señaló que los partidarios lo aplauden, pero otros aseguran que el presidente de El Salvador va camino de convertirse en dictador.
No obstante, no son pocos los que piensan que podrá reelegirse cuantas veces quiera si el pueblo así lo estima, a no ser que ocurran manipulaciones y fraudes en los procesos electivos.
¿Será el camino a una dictadura?, se preguntan observadores. Sin embargo, Wilbert Francisco Alabi, un salvadoreño residente en Los Ángeles, del grupo Nuevas Ideas, dijo al diario “que de ninguna manera esto abre ninguna puerta para que Bukele se quede de por vida como presidente de El Salvador”.
“Es importante saber que en las elecciones el pueblo elegirá y decidirá si quieren que continúe el presidente que esté en ese momento”, afirmó.
“No se puede decir que hay una dictadura, hay medios, la gente se puede expresar libremente. En seguridad, hay un cambio considerable y ha resurgido el turismo, la inversión y la construcción. Claro que hay mucho por hacer, pero tenemos un buen líder”, indicó.
Sin embargo, algunas acciones en el país muestran que esa no es una verdad absoluta, pues en los últimos meses hay detenciones de críticos del gobierno y defensores de derechos humanos.
Observadores señalan que si no hay una causa, te la inventan para acallar críticas y denuncias.
Citado también por el diario californiano, uno de los de mayor circulación en español en el país, Luis Alvarado, analista político de padre salvadoreño y madre mexicana, quien vive en Los Ángeles, dijo que no hay duda de que los cambios hechos a la Constitución salvadoreña son parte de una maniobra.
Enfatizó que el sentimiento de los salvadoreños de apoyo a Bukele puede cambiar de la noche a la mañana, y los riesgos y las consecuencias vendrán en el futuro, cuando el pueblo deje de tener una opinión favorable sobre la dirección que lleve el país.
A favor del actual gobernante está que los opositores no han logrado presentar un candidato competente, con una visión que los salvadoreños acojan.
Algunos críticos indican que los salvadoreños valoran tanto la seguridad, que están dispuestos a sacrificar sus libertades civiles por la paz en sus comunidades. Bukele, agregan, también debería saber que la seguridad es excelente y bienvenida, pero también necesita abordar la pobreza, un problema social aún muy grave en El Salvador.
Pese a las críticas, las encuestas aseguran que el mandatario salvadoreño, a seis años en el cargo, mantiene un alto nivel de aprobación, de 85.2 por ciento, en gran parte atribuido al desmembramiento de las pandillas y a una reducción sin precedentes de los homicidios a escala nacional.
Pese a críticas y tal vez argumentos válidos en contra, los ataques de la oposición no minan el respaldo de los ciudadanos al mandatario, a pesar a que no fueron consultados para los cambios.
La organización no gubernamental Cristosal opinó que la reelección indefinida y la extensión del mandato presidencial fueron modificadas “sin previo aviso, de espaldas al pueblo, sin debate” y “sin diálogo con actores de la sociedad”.
En reacción a los cambios en la Carta Magna, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, al valorar si hay oposición en el país, dijo: “Ciertamente se necesita gente que genere y enfrente valores, y también que tenga credibilidad; existe esa gente, ojalá que pronto aparezca ya en la escena pública”.
Dicha opinión adversa las modificaciones y pone a la oposición salvadoreña en el camino de buscar una figura que pueda enfrentar a Bukele en los próximos comicios, mientras tanto, muchos piensan que el azul se mantendrá como el color dominante en el país.
arb/lb