Por Elizabeth Borrego Rodríguez
Corresponsal en Naciones Unidas
Varios conflictos en curso en Medio Oriente, Europa y África; un alarmante aumento de las temperaturas y el nivel del mar; un Consejo de Seguridad dividido; junto al desarrollo acelerado de tecnologías como la inteligencia artificial, amenazan el orden mundial.
Todos estos temas forman parte de las negociaciones en curso para la Cumbre del Futuro, el evento que abrirá las puertas al segmento de alto nivel con el objetivo de promover una reforma a la gobernanza del planeta.
Para el titular de la ONU, António Guterres, la cita presenta un momento esencial para establecer pautas sobre todas las reformas necesarias que obstaculizan el avance de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, trazados nueve años atrás y cumplidos en solo 15 por ciento.
“Las instituciones de hoy corresponden al mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial, y están totalmente habilitadas”, dijo Guterres al insistir en la necesidad de un mayor compromiso para conseguir la declaración final del evento: el Pacto del Futuro.
UN AMBICIOSO PLAN
La Cumbre del Futuro presenta una ambiciosa plataforma de discusiones en las que la Organización de Naciones Unidas retoma su papel vital para enrumbar el planeta.
Para Guy Ryder, uno de sus principales organizadores, la cita promueve la reconfiguración de un sistema multilateral más eficaz, participativo e interconectado en el cumplimiento de su mandato y una respuesta “ante los desafíos globales muy claros que enfrentamos”.
Su declaración tiene como objetivo comprometer a los líderes con 60 acciones en cinco áreas: el desarrollo sostenible y la financiación; la paz y la seguridad; la ciencia, la tecnología y la innovación; la juventud y las generaciones futuras; y la transformación de la gobernanza global.
El Pacto del Futuro abarca aspectos clave para el equilibrio del planeta como la reestructuración del Consejo de Seguridad de la ONU o la necesidad de ampliar la financiación para el desarrollo.
Además del documento, otros dos anexos se centran en particular en un acuerdo digital mundial y una declaración sobre las generaciones futuras.
Mientras los críticos del organismo señalan retrasos en los acuerdos y falta de claridad en aspectos clave, las Naciones Unidas reconocen que se trata de un documento retador a la altura de la denominada policrisis que enfrenta la humanidad.
Se trata de los cambios necesarias en todas las áreas: el Consejo de Seguridad, las instituciones de Bretton Woods, los aspectos relacionados con la inteligencia artificial o el clima, detalló el secretario general Guterres.
En todas esas áreas, existe un problema grave de gobernanza, y es sobre esa gobernanza que trata esta Cumbre, lo que es nuevo y esencial, reconoció.
DEBATE EN TIEMPO DE CRISIS
Otro de los esperados momentos de la semana será el Debate General, que iniciará el 24 de septiembre con seis días en los que los representantes de los 193 estados miembros se dirigirán a la Asamblea.
Más de 80 jefes de Estado, otros 44 jefes de Gobierno y centenares de altos representantes están previstos en la lista preliminar de oradores de la magna cita.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, abrirá el debate siguiendo una tradición que data de los primeros años de las Naciones Unidas, cuando país sudamericano asumió el papel inaugural en la lista de oradores ante la falta de disposición de otros.
El mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, ocupará el segundo puesto como anfitrión en su último discurso en el cargo ante la ONU, seguido por los jefes de Estado de Türkiye, Jordania y Guatemala.
La lista incluye además esperadas alocuciones de los presidentes de Palestina, Haití o Sudán, escenarios de algunas de las más importantes crisis de violencia o conflictos en el último año.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también hablará a la Asamblea tras casi un año de la sangrienta ofensiva en Gaza y de continuos señalamientos de la ONU por las violaciones contra el derecho internacional, las agresiones a los civiles, el personal humanitario y la infraestructura sanitaria, educativa y civil.
La delegación cubana la encabezarà su canciller, Bruno Rodríguez, quien subirá al podio de la Asamblea en la mañana del sábado 28.
Ese mismo día, intervendrán además los representantes de China y Rusia.
Este año, el debate tiene como tema No dejar a nadie atrás: Actuar juntos en pro de la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana para las generaciones presentes y futuras.
Pese a esos nobles propósitos, el encuentro coincide con un dramático incremento de las tensiones en Medio Oriente, a la par que se intensifican los conflictos en Ucrania, Sudán o Myanmar.
De acuerdo con Guterres, la multiplicación de las guerras se deriva de una sensación de impunidad y falta de respeto por las leyes internacionales que eleva aún más el riesgo latente de una tercera guerra mundial.
“Cualquier país o entidad militar, milicia o lo que sea, siente hoy que puede hacer lo que quiera porque no le pasará nada”, dijo el veterano diplomático al advertir un contexto similar al de la Guerra Fría, cuando también existía esa amenaza.
UN PLANETA EN POLICRISIS
En paralelo al Debate General, el segmento de alto nivel dedicará espacios a otros asuntos urgentes como el aumento del nivel del mar, la necesidad de poner fin a las armas nucleares y la resistencia a los antimicrobianos.
El 25 de septiembre, una reunión de alto nivel abordará las amenazas existenciales que plantea la subida del nivel del mar en la búsqueda de un entendimiento común y la movilización el liderazgo político al respecto.
Según el organismo, el propósito es trabajar por “soluciones integrales y compromisos factibles para combatir la elevación del nivel del mar, así como garantizar un futuro resiliente y sostenible, incluso para los pequeños estados insulares en desarrollo y las zonas costeras bajas”.
Una jornada después, los líderes abordarán la máxima prioridad de la ONU en materia de desarme: el fin de las armas nucleares.
La reunión convocada a propósito del Día Internacional para la Eliminación Total de esa amenaza recuerda la advertencia de la primera resolución de la Asamblea general en 1946 que insiste en el cese total de su uso como la única forma de salvar al planeta.
También el 26 de septiembre, un evento sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) presentará una oportunidad para esfuerzos y acelerar los avances en la lucha contra la creciente amenaza de la RAM.
La reunión servirá de base para ejecutar políticas y garantizar la rendición de cuentas con objeto de reforzar los sistemas sanitarios para proteger la salud mundial.
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