Por Fady Marouf
Corresponsal en Siria
Primero, los devastadores terremotos que asolaron el país el 6 de febrero dejaron decenas de miles de afectados y una gran devastación, agravando aún más la situación humanitaria y dejando el país en una verdadera catástrofe.
Esto impuso a las instituciones del Estado un desafío adicional en términos de recursos materiales, financieros y humanos, agotados por la prolongada guerra y el bloqueo demoledor.
La solidaridad popular con Siria ante este desastre en la región llevó a sus gobiernos, en particular Arabia Saudita, Jordania y Egipto, a normalizar relaciones con Damasco.
Este ambiente positivo culminó en mayo pasado con el retorno de Siria a la Liga Árabe tras la suspensión de su asiento en 2011. El mandatario Bashar Al-Assad participó en la cumbre de Jedeh, la cual marcó el inicio de una fase en la que prevalece el llamado a doblar la página del pasado y evitar que la región siga siendo un campo de conflictos.
La administración estadounidense, incómoda ante tal apertura, lanzó ominosas declaraciones contra cualquier gobierno que normalice nexos con Damasco, pero el hecho de que los actores claves, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, no se sometieran ante las presiones marca un precedente de rebeldía, soberanía e independencia en la toma de decisiones.
BLOQUEO ASFIXIA AL PUEBLO
Las sanciones estadounidenses contra Siria no son nuevas y fueron impuestas en 1979; la Unión Europea se unió a las mismas en 2012, hasta ser recrudecidas en junio de 2020, sin importar las secuelas que a nivel mundial dejó la Covid-19.
Esas nuevas sanciones aplicadas de manera unilateral por la Casa Blanca bajo el nombre de la Ley César, están destinadas a desgastar y asfixiar aún más a la nación Siria.
Las autoridades de Damasco aseguran que las políticas de bloqueo y la imposición de medidas económicas coercitivas unilaterales han sido parte de inhumanas disposiciones impuestas por Occidente y la otra cara del terrorismo que derramó la sangre de los ciudadanos.
A su vez, la relatora especial de las Naciones Unidas, Elena Dohan, consideró desde Damasco que estas sanciones equivalen a crímenes de guerra, exacerban el sufrimiento de los sirios e impiden la recuperación y reconstrucción del país.
Los efectos de la Ley César impiden que Damasco pueda disponer de los equipos y vehículos técnicos necesarios para la reconstrucción de su infraestructura, por lo cual el Gobierno exigió el levantamiento de tan crueles medidas, por el efectivo nocivo que derrama sobre el pueblo sirio.
El ministro de Educación Superior e Investigación Científica, Bassam Ebrahim, denunció que el injusto bloqueo impide también la importación de medicamentos, equipos médicos y hasta las piezas de repuesto necesarias para los mantenimientos; dichos útiles se encuentran en los hospitales y centros de atención médica, donde se ofrecen servicios de salud gratuitos.
A pesar de todo lo anterior, el Gobierno adoptó una política encaminada a impulsar la producción y mantener el subsidio sobre los derivados de petróleo mientras vende cada kilogramo de pan a 200 libras (equivalente a dos centavos el dólar) y le cuesta más de ocho mil libras (0.8 dólar).
OCUPACIÓN EXTRANJERA
El factor clave que impide la estabilización del país es la ocupación foránea de partes del noroeste, norte y nordeste de Siria por las fuerzas turcas y estadounidenses.
Ante las recientes acciones de la resistencia popular, Estados Unidos reforzó durante el actual año con armas, municiones y material logístico sus fuerzas desplegadas ilegalmente en más de 15 bases centradas principalmente en los campos petroleros de las provincias nororientales de Hasakeh y Deir Ezzor.
Asimismo, fuentes locales denunciaron que mil 500 efectivos nuevos llegaron a Siria, cuya misión es entrenar a las milicias separatistas como las Fuerzas Democráticas Sirias y el Ejército de Siria Libre.
El Pentágono anunció también el envío a Medio Oriente de aviones de combate avanzados F-35 y F-16 y un destructor naval, y alegó que estos refuerzos están destinados a enfrentar las crecientes maniobras realizadas por los pilotos rusos sobre Siria.
El gobierno de Damasco denunció repetidamente esa presencia no autorizada, la cual calificó de ocupación, y aseguró que las acciones de Washington incentivan la actividad terrorista y prolongan la guerra.
EL TERRORISMO COBRA FUERZA
En la vasta región desértica de Al-Badieh, que abarca partes de las provincias de Raqa, Homs y Deir Ezzor, el Estado Islámico, Daesh en árabe, incrementó los ataques. Esta es una organización inscrita en la lista del terrorismo internacional, cuyos integrantes, según denuncias de Damasco, reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia por los militares norteamericanos en la zona de Tanef, en el este del país.
Mientras, los radicales en la provincia septentrional de Idlib aumentaron sus ataques con cohetes y drones. El más mortífero fue con drones contra una ceremonia de graduación de cadetes en la ciudad central de Homs y causó la muerte de 89 civiles y militares, y lesiones a otros 277.
Como respuesta a estos ataques, las fuerzas armadas sirias y rusas bombardearon y destruyeron más de mil 500 objetivos de los grupos terroristas en la provincia septentrional de Idlib.
ISRAEL SIGUE ATACANDO CON PLENA IMPUNIDAD
Suman más de 50 los ataques de Israel contra territorio sirio este año y el régimen sionista justifica esas acciones violatorias del Derecho Internacional con el argumento de que son contra blancos iraníes, mientras Siria asegura que esas agresiones provocan víctimas en la población civil; pretenden prolongar la guerra, mantener inestable a esta nación y debilitar su Ejército.
En repetidas denuncias ante las Naciones Unidas, Damasco responsabilizó legal, moral, política y financieramente a Tel Aviv por sus ataques deliberados a los aeropuertos internacionales de Damasco y Alepo, sabotear las instalaciones civiles y poner en peligro la vida de los ciudadanos.
Aseguró que las autoridades de Tel Aviv deben rendir cuentas por tales crímenes e instó a la Secretaría General y del Consejo de Seguridad a adoptar una acción inmediata y precisa contra el régimen sionista, ante una posible escalada del conflicto en la región.
Asimismo, el gobierno sirio consideró que la ideología extremista y la estrategia del terror han convertido a Israel en la otra cara del Daesh.
RELACIONES CON TÜRKIYE
Los esfuerzos de Rusia e Irán para la reconciliación entre Siria y Türkiye culminaron con la reunión en Moscú de los ministros de Exteriores de estas dos naciones vecinas que tienen sus relaciones interrumpidas desde el inicio de la guerra en este país levantino.
El jefe de la diplomacia siria ratificó que el objetivo principal de Damasco es poner fin a cualquier forma de presencia militar ilegal en el territorio sirio, incluidas las fuerzas turcas, y aclaró que no habrá avances ni resultados reales si no se logra esta retirada.
Sobre la preocupación de Ankara de que habría un vacío en las zonas de donde se van a retirar sus militares en Siria, el ministro de Defensa Ali Abbas dijo que las fuerzas armadas sirias están completamente preparadas para establecer y mantener la seguridad en toda la región.
La clave para estabilizar la situación en Siria se centra en la salida de las fuerzas extranjeras, cesar el apoyo al terrorismo, levantar las sanciones y permitir que el Estado vuelva a imponer su soberanía, su gestión administrativa sobre todo el territorio nacional.
arb/fm