Por Isaura Diez Millán
Corresponsal jefe en China
El calendario de esos grandes acontecimientos comenzó en el primer trimestre con el evento conocido como “Dos Sesiones”: la tercera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional y la tercera sesión del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, máximo órgano asesor en el país.
Se trata de un momento clave que ocurre en marzo, cuando el gigante asiático diseña la meta de crecimiento económico del año y esboza las medidas para alcanzarlo.
Para entenderlo hay que recordar que Beijing aplica la denominada democracia popular en todo el proceso que abarca todos los aspectos de la economía, política, cultura y sociedad, al tiempo que comprende cuestiones que van desde las elecciones, consultas, la toma de decisiones, gestión y supervisión.
El 2025 fue particularmente importante porque marcó el fin del XIV Plan Quinquenal, clave para cumplir el próximo quinquenio en el camino de alcanzar una sociedad básicamente modernizada para 2035.
Entre las principales metas, el Parlamentó fijó un crecimiento del PIB de alrededor de cinco por ciento y la creación de más de 12 millones de empleos urbanos, pero además se diseñaron una serie de medidas encaminadas a enfrentar el entorno internacional turbulento (plena guerra comercial con Estados Unidos).
Pero sin dudas el momento político y diplomático más importante fue el desfile militar y las conmemoraciones por el aniversario 80 de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la derrota del fascismo.
China mostró ese 3 de septiembre la modernización de su Ejército Popular de Liberación y expuso públicamente por primera vez armas estratégicas navales, aéreas y terrestres, así como sistemas de alta precisión y plataformas no tripuladas.
En la tribuna, 26 jefes de Estado y de Gobierno participaron junto al pueblo chino en esas actividades, entre ellos el presidente ruso, Vladimir Putin, el máximo líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Un, y el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, único presidente de América Latina y el Caribe presente.
Beijing invitó además a 50 personas o familiares directos de personas que estuvieron vinculadas con la guerra de resistencia en el gigante asiático, las cuales llegaron a esta capital desde 14 países.
China subrayó el significado pacífico de la parada militar cuyo principal objetivo fue preservar la visión correcta de la historia, rendir tributo a los héroes y promover la creación de un futuro mejor, según Beijing.
El presidente Xi Jinping exhortó a acelerar la construcción de fuerzas armadas de clase mundial con una misión que incluye salvaguardar la soberanía, la unificación y la integridad territorial de China.
Xi se reunió por separado con cada uno de los presidentes y jefes de gobierno que asistieron al desfile.
China y Rusia firmaron más de 20 acuerdos luego de las conversaciones oficiales y el líder chino afirmó que la relación entre las dos naciones ha superado con éxito los cambios del escenario internacional y consolidado como un modelo de cooperación estratégica integral y de amistad duradera entre grandes potencias.
CUMBRE DE OCS, INICIATIVA DE GOBERNANZA GLOBAL y APEC
Un par de días antes del desfile, en la ciudad de Tianjin, China protagonizó uno de los momentos políticos-diplomáticos más importantes del año.
En el marco de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), los jefes de Estado y de Gobierno del mecanismo establecieron la hoja de ruta para la próxima década con una estrategia de desarrollo 2026-2035.
Los líderes adoptaron además 24 documentos enfocados en la cooperación en seguridad, economía, intercambios culturales y desarrollo institucional.
Firmaron también una declaración conjunta en apoyo al sistema multilateral de comercio, con el objetivo de reafirmar el compromiso con normas abiertas, transparentes e inclusivas bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio.
Los líderes presenciaron la inauguración oficial de cuatro centros regionales de cooperación: el Centro Integral de Respuesta a Amenazas de Seguridad, el Centro de Lucha contra la Delincuencia Organizada Transnacional, el Centro de Seguridad Informática y el Centro Antidrogas.
La Cumbre de la OCS en Tianjin fue la mayor desde la fundación de ese mecanismo hace 24 años, en ella participaron más de 20 líderes mundiales y jefes de 10 organizaciones internacionales.
Durante la reunión ampliada de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS+), Xi Jinping propuso la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG), que busca “impulsar un sistema de gobernanza global más justo y razonable, y avanzar conjuntamente hacia una comunidad de destino compartido para la humanidad”.
La propuesta aboga por el principio de soberanía e igualdad, llama a democratizar las relaciones internacionales y reforzar la voz de los países en desarrollo, además de destacar la necesidad de respetar el estado de derecho internacional.
También señaló la importancia de afrontar desafíos comunes y reducir la brecha entre el Norte y el Sur, al tiempo que hizo un llamamiento a la acción coordinada y eficaz, basada en una planificación integral y cooperación pragmática.
“La bruma de la mentalidad de la Guerra Fría, el hegemonismo y el proteccionismo no se ha disipado, las nuevas amenazas y desafíos han aumentado sin cesar, el mundo ha entrado en un nuevo período de turbulencia y cambio”, dijo el mandatario.
La IGG se une a las anteriores iniciativas globales propuestas por el presidente chino enfocadas en impulsar el desarrollo, la seguridad y el diálogo entre civilizaciones.
Otro momento notorio de la diplomacia china tuvo que ver con la participación de Xi en la XXXII reunión de líderes del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (Apec) en Corea del Sur, que facilitó el diálogo cara a cara con su homólogo estadounidense, Donald Trump, luego de meses de tensiones comerciales.
Sobre la mesa de discusión estuvieron temas que van desde la aplicación por Estados Unidos de tasas portuarias especiales a buques chinos, el control de exportaciones de tierras raras por China, hasta la lucha contra el narcotráfico, los aranceles, las sanciones, entre otros.
Luego de esta reunión, el Ministerio de Comercio de China confirmó un acuerdo alcanzado con la parte estadounidense que contempla la eliminación y/o suspensión de aranceles y otras medidas de represalia derivadas de la guerra comercial entre los dos países.
Recientemente ambos líderes conversaron por teléfono y destacaron los avances en la estabilización de los nexos bilaterales luego de su encuentro en Busan.
TENSIONES DIPLOMATICAS CON JAPON
Mientras China y Estados Unidos experimentan una distensión en sus relaciones, Beijing y Tokio viven una de las mayores crisis diplomáticas de los últimos años debido al tema Taiwán.
La primera ministra Sanae Takaichi declaró abiertamente en la Dieta (Parlamento) que si “algo ocurre en Taiwán” (en referencia a un posible conflicto militar con China continental), esto podría constituir una “crisis existencial” para Japón, lo que supondría la movilización de las Fuerzas de Autodefensa y la posible intervención de Tokio.
Esto generó una fuerte reacción en China y, de hecho, el gigante asiático escribió una carta distribuida a todos los miembros de la ONU, en la que explica por qué esos comentarios son “extremadamente erróneos” e hirieron la sensibilidad del pueblo chino.
“Esta es la primera vez desde la derrota de Japón en 1945 que un líder japonés aboga oficialmente por el llamado “si hay algo mal en Taiwán, algo le pasa a Japón”, y es la primera vez que expresa su ambición de intentar intervenir por la fuerza en el asunto de Taiwán, y por primera vez ha lanzado una amenaza de fuerza contra China”, expuso Beijing en ese documento.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning, señaló que las recientes declaraciones desafían el orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Recordó que la postura de Tokio debe basarse en el principio de una sola China y en los cuatro documentos políticos bilaterales (Declaración Conjunta de 1972, el Tratado de Paz y Amistad de 1978, la Declaración de 1998 y la Declaración de 2008), no en ambigüedades ni retrocesos históricos.
Por su parte, el Ministerio chino de Defensa subrayó que esas declaraciones constituyeron una injerencia grave en los asuntos internos del país y enfatizó que enviaron una señal equivocada a las fuerzas que promueven la independencia de esa isla.
El Ministerio chino de Relaciones Exteriores y otras instituciones emitieron alertas sobre viajes a Japón y recomendaron a sus ciudadanos no viajar o estudiar en el país vecino en el corto plazo.
De tal manera que el número de pasajeros chinos con destino a Japón cayó significativamente, reflejaron datos de plataformas de viajes y aerolíneas.
En otro orden, las crecientes tensiones diplomáticas llevaron a Beijing a suspender la importación de productos acuáticos provenientes de la nación nipona.
Por otro lado, ante la ONU Beijing rechazó la posible incorporación de Tokio como miembro permanente del Consejo de Seguridad.
Lejos de solucionarse, las tensiones diplomáticas influyeron en otros sectores del intercambio bilateral, y China alertó sobre la adopción de medidas si el liderazgo japonés no se retracta de sus declaraciones.
PCCh y el XV Plan Quinquenal
En octubre pasado la cuarta sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China aprobó el documento definitivo de recomendaciones sobre las prioridades económicas y sociales de China hasta 2030: El XV Plan Quinquenal.
El texto se sustenta en cuatro pilares estructurales: el sistema socialista con características chinas, el mercado interno de escala masiva, la cadena industrial completa y los abundantes recursos humanos.
Llega en un momento en el que en el nivel internacional, China reconoce un entorno de mayor competencia entre grandes potencias, fragmentación económica y volatilidad en las cadenas globales de suministro.
El plan establece entre sus principales objetivos para 2030: desarrollo de alta calidad con crecimiento económico en rango razonable y avances significativos en autosuficiencia tecnológica.
También incluye reformas profundas del sistema de economía de mercado socialista , mayor cohesión social y fortalecimiento de la cultura nacional, mejora de la calidad de vida y empleo de calidad, progreso ambiental con cumplimiento de la meta de pico de emisiones (carbono) y consolidación de la seguridad nacional en todos los frentes.
El XV Plan Quinquenal no es un documento sectorial, sino una estrategia integrada que articula economía, tecnología, sociedad, medio ambiente y gobernanza bajo la visión de la “modernización al estilo chino”.
Sus metas buscan sentar las bases para lograr, en 2035, una potencia socialista moderna con autosuficiencia tecnológica, equidad social, sostenibilidad ecológica y estabilidad institucional.
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