Por Moisés Pérez Mok
Corresponsal jefe en Vietnam
La interrogante, más de una vez planteada en círculos académicos, parece encontrar una respuesta afirmativa en el desempeño de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés), creada en 1967 con el fin de acelerar el crecimiento económico, el progreso social y la cooperación cultural, y garantizar la paz y estabilidad en esa región.
Fundada por Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, la agrupación acogió, de manera progresiva, otros cinco países: Brunéi Darussalam (1985), Vietnam (1995), Myanmar y Laos (1997) y Cambodia (1999).
De ese modo, la Asean abarca hoy una extensión que supera los cuatro millones de kilómetros cuadrados, es la tercera en número de habitantes en Asia (aventajada solo por China e India) con 643 millones de habitantes, la mitad de ellos menores de 30 años, y se le considera la quinta mayor economía del mundo.
La Asean es en la actualidad el bloque más estable y dinámico del mundo en términos de desarrollo económico y también el epicentro del crecimiento, al tener una gran población y contar con empresas muy dinámicas e innovadoras, afirmó el primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh.
Al intervenir en uno de los paneles celebrados en el contexto del II Foro del Futuro de la Asean, el jefe del Gobierno vietnamita destacó que éstas son las ventajas del bloque, pero advirtió que “aún queda mucho trabajo por hacer y problemas por resolver”.
En términos similares se pronunció el presidente del Instituto de Estudios Internacionales de Singapur, Simon Tay, quien consideró que, pese a las muchas turbulencias en el mundo, la Asean continúa prosperando, lo que demuestra la certeza de su estrategia de mecanismo integrador, basándose en las normas legales y la cooperación comercial.
CONSTRUCTOR DE PUENTES Y MENSAJERO DE LA PAZ
En un difícil contexto, en el cual aumentan las tensiones geopolíticas, el caos climático golpea a los países y la profundización de las desigualdades desgarran el contrato social en pedazos, la Asean “es un constructor de puentes y un mensajero de la paz”.
Así declaró el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en una conferencia de prensa ofrecida al término de la XIV Cumbre Asean-ONU, desarrollada en el contexto de las Cumbres 44 y 45 del bloque que, en octubre último, sesionaron en Vientiane.
Guterres encomió el continuo papel constructivo del bloque sudesteasiático en la desactivación de las tensiones que ocurren en otras partes del mundo, al priorizar el diálogo y respetar el derecho internacional.
El Secretario General subrayó además la importancia de promover las complementariedades entre la Visión de la Comunidad Asean 2045 y la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
La Visión de la Comunidad Asean 2045 se aprobará este año y guiará el desarrollo del bloque en su empeño por construir una agrupación sostenible, creativa, dinámica y con los ciudadanos como centro.
Se prevé que la misma incluya planes estratégicos en tres pilares: política y seguridad, economía, y cultura y sociedad, además de un programa de conectividad y reducción de las brechas de desarrollo dentro de la agrupación.
Al entrar en una nueva etapa de desarrollo, se estima que la Asean se convertirá en la tercera mayor economía del mundo con un Producto Interno Bruto superior a los 10 billones de dólares y un mercado de consumo de más de 800 millones de personas.
Además se desempeñará como un centro de tecnología e innovación, con una economía digital que podría alcanzar un billón de dólares para 2030.
Mas, para que ese pronóstico se convierta en realidad, la Asean no necesita solo unidad y consenso, sino también un pensamiento innovador, estrategias precisas, hojas de ruta factibles, recursos concentrados y acciones drásticas, advirtió Minh Chinh.
El primer ministro vietnamita sugirió priorizar la consolidación de la autodeterminación estratégica del bloque, y construir una Asean económicamente resiliente a través de la renovación de los motores de crecimiento tradicionales y la promoción de otros nuevos, en especial en ciencia, tecnología, innovación y transformación digital.
También es necesario, añadió, desarrollar la economía verde y circular, las energías renovables y la conexión con las cadenas de suministro globales para convertirse en un centro de fabricación estratégico del mundo, así como
defender los valores y la identidad de la asociación, como el espíritu de consenso, la armonía, la unidad en la diversidad y el respeto a las diferencias.
UN BLOQUE DINAMICO E INFLUYENTE
En la constitución de una Comunidad Económica de la Asean (AEC, por sus siglas en inglés) sustenta la agrupación regional su dinamismo e influencia crecientes y la materialización de su objetivo final: la integración económica.
La AEC, cuyos antecedentes de remontan a la creación en 1992 del Área de Libre Comercio de la Asean, concibe al bloque como un mercado único y una base de productos, una región altamente competitiva, próspera y estable, con un desarrollo económico equitativo y plenamente integrada en la economía global.
Hoy el bloque dispone de una red de ocho acuerdos de libre comercio, incluida la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor pacto de su tipo en el mundo, que convierten al grupo en un área de libre comercio que representa un 30 por ciento de la población mundial y un 32 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global.
En sus casi seis décadas de trayectoria, la asociación estableció estrechas relaciones de cooperación con muchos países y organizaciones importantes del mundo, por lo que hasta la fecha 94 socios acreditaron embajadores ante la Asean y se establecieron 55 Comités de la agrupación en terceros países y organizaciones internacionales.
El bloque cuenta en la actualidad con 11 socios de diálogo: China, Japón, Corea del Sur, la India, Australia, Nueva Zelanda, Rusia, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, junto con cuatro socios de diálogo sectoriales y otros tantos para el desarrollo.
Por otra parte, y según un informe presentado en las Cumbres 44 y 45, en Laos, las entradas de inversión extranjera directa (IED) a los países que integran la Asociación alcanzaron en 2023 un récord de 230 mil millones de dólares.
El reporte destaca que, aunque se trata de un aumento marginal (inferior al uno por ciento), éste se produjo a pesar del decrecimiento en un 10 por ciento de la IED mundial.
Con ese tercer incremento anual consecutivo, la Asean consolidó su posición como el mayor receptor de IED entre las regiones en desarrollo, al representar un 17 por ciento de las entradas mundiales, frente al 16,5 de 2022.
De ahí que para el subsecretario general de la Comunidad Económica de la Asean, Satvinder Singh, el bloque está hoy en una trayectoria positiva para convertirse en la cuarta economía más grande del mundo para 2030.
Singh reveló en la conferencia “Visión 2024: Era de la Asean”, organizada el pasado año en Malasia, que el PIB de la asociación aumentó el 51 por ciento de 2015 a 2023, de 2,5 billones a 3,8 billones de dólares, mientras el comercio regional creció de 2,3 billones a 3,5 billones de la divisa estadounidense en el mismo período.
El sudeste asiático es una de las pocas regiones del mundo donde el comercio del bloque es casi tan grande como su PIB, destacó el directivo.
También significó que el intercambio comercial de la Asociación con el resto del mundo creció, lo que es una singularidad de las economías dentro del bloque, a diferencia de la Unión Europea o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en los que la mayoría de los países miembros comercian solo entre sí.
BRILLAR COMO FARO DE ESPERANZA
A brillar como un “faro de esperanza” y promoverse como una región sostenible, armoniosa y económicamente dinámica, instó el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, en una sesión plenaria de alto nivel del II Foro del Futuro de la Asean.
Las perturbaciones globales podrían causar muchas consecuencias graves para la paz y la prosperidad de la región, así como para los intereses de los pueblos del Sudeste Asiático, alertó Ibrahim al evaluar la situación geopolítica mundial. Destacó asimismo que Timor Leste pronto será un miembro oficial de la “familia” de la Asean, por lo que la agrupación necesita seguir fortaleciendo su centralidad, autodeterminación e independencia estratégica.
Por otra parte, y de acuerdo con el canciller vietnamita, Bui Thanh Son, los continuos avances en el desarrollo tecnológico en áreas como la inteligencia artificial, Big Data y el Internet de las cosas, plantean para la región grandes desafíos.
Si no se actúa con prontitud la Asean podría rezagarse, ya que esos adelantos seguirán transformando la economía y la sociedad, alertó Thnah Son antes de subrayar la necesidad de comprometerse a aumentar la inversión en tecnologías críticas y desarrollar una postura común sobre la gobernanza de las tecnologías emergentes.
“Al final, sólo las nuevas tecnologías pueden ayudar a nuestra región a escapar de la trampa de los ingresos medios y garantizar que nadie se quede atrás”, consideró.
El jefe de la diplomacia vietnamita reiteró asimismo la importancia cada vez mayor que plantean los desafíos de seguridad no tradicionales, como la ciberseguridad, el cambio climático y el envejecimiento poblacional, los cuales –dijo- requieren soluciones innovadoras que trasciendan las fronteras nacionales.
En un contexto global cada vez más volátil y con grandes desafíos, la Asean sigue siendo un punto brillante de la economía mundial, un puente para el diálogo y la cooperación y un actor central en los procesos de integración y asociación en la región, sostuvo.
Hoy más que nunca, dijo, la asociación debe utilizar la resiliencia como base para el crecimiento, la conectividad como foco de avance y la innovación como fuerza impulsora para el liderazgo, y poder mantener su papel central, independiente y equilibrado, que la convierten en un exitoso mecanismo de integración regional
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