Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefe en Etiopía
Según los Centros de África para el Control y la Prevención de Enfermedades (Africa CDC), la principal institución de salud pública africana, el déficit en el financiamiento externo demanda más fondos de fuentes nacionales para proteger los avances de las últimas dos décadas en preparación y respuesta ante epidemias.
Históricamente, precisó Africa CDC, la AOD ha sido fundamental para lograr una reducción del 50 por ciento en la mortalidad de menores de cinco años de 1990 a 2019, así como en la ampliación de la cobertura de vacunación sistemática y apoyo a los programas de prevención y tratamiento del VIH/SIDA que ahora brindan terapia antirretroviral a más de 18 millones de personas en África.
También permitió respuestas rápidas a importantes crisis sanitarias, como el brote de ébola en África Occidental.
Reveló la agencia sanitaria de la Unión Africana que la contracción de la financiación coincide con un aumento de los brotes de enfermedades. De 2022 a 2024, el continente experimentó un aumento de 40 por ciento en las emergencias de salud pública notificadas.
De igual modo, persiste la preocupación por el regreso de fiebres hemorrágicas virales como el ébola y el marburgo, mientras que las crisis climáticas, que van desde inundaciones hasta olas de calor, agravan los riesgos para la salud, a menudo en las regiones menos preparadas para responder.
El director general de Africa CDC, Jean Kaseya, alertó sobre el enfrentamiento a una serie de problemas relacionados con el pago de la deuda y la dependencia de contramedidas médicas importadas. La combinación de estos dos factores hace que África se enfrente a un riesgo importante, aseveró.
Kaseya subrayó que la situación plantea un desafío más amplio dentro de la arquitectura de seguridad sanitaria de África, pero se trabaja para revertir la incertidumbre financiera.
En ese sentido, Africa CDC movilizó a los Estados Miembros de la Unión Africana hacia una nueva era de inversión en salud en una estrategia triple para mejorar la sostenibilidad y reducir la dependencia de donantes externos.
FINANCIACIÓN NACIONAL Y NUEVOS MODELOS
Ante los recortes de la financiación externa a la salud pública en África, Kaseya instó en primer lugar a los Estados miembros a aumentar el capital destinado al sector. Solo Ruanda, Botswana y Cabo Verde cumplen el objetivo de Abuja de asignar 15 por ciento de sus presupuestos nacionales a la atención médica, agregó.
Definió de esencial el compromiso nacional para proteger los sistemas de salud frente a la volatilidad de la financiación internacional. “Necesitamos un plan estratégico con presupuestos definidos y un plan nacional de financiación. Necesitamos impulsar una mayor alineación de los recursos externos”, afirmó.
En segundo lugar, explicó que Africa CDC está buscando otros modelos de financiación que incluyen el Fondo Africano para Epidemias, cuyo marco operativo se lanzó en febrero pasado como un recurso común para la preparación ante emergencias y la respuesta rápida.
Asimismo, están explorando mecanismos como un impuesto a las aerolíneas o gravámenes solidarios regionales para proporcionar un flujo de financiación más predecible para la gestión del brote.
En tercer lugar, continuó Kaseya, buscan una mayor colaboración con organizaciones filantrópicas y el sector privado. El objetivo es atraer inversión a largo plazo en infraestructura crítica, como la producción local de vacunas, los sistemas de salud digitales y las redes logísticas, comentó.
Como parte de ese esfuerzo, la agencia sanitaria implementa el Mecanismo Africano de Adquisiciones Conjuntas para reducir costos y aumentar el acceso a productos sanitarios esenciales en todo el continente.
En apoyo a la movilización de fondos nacionales y la búsqueda de modelos, CDC África solicitó 43 millones de dólares, una cartera de recursos que permitirá la ejecución exitosa de los planes para asegurar un progreso medible hacia la financiación sostenible de la salud en todo el continente.
El documento elaborado al respecto reveló que ese fondo abarcará la asistencia técnica para el desarrollo de planes nacionales de salud con presupuestos, el establecimiento del panel de seguimiento dirigido por la Unión Africana y la implementación del impuesto piloto a las aerolíneas.
Prevé además el diseño y la ampliación de mecanismos de financiación innovadores y combinados.
BÚSQUEDA DE APOYO EXTERNO
En la búsqueda de un mayor apoyo, Kaseya dirigió misiones diplomáticas de alto nivel a Estados Unidos, Noruega y Dinamarca.
En Washington sostuvieron reuniones con legisladores, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y con importantes instituciones filantrópicas, como las Fundaciones Gates y Rockefeller.
Los encuentros estuvieron centrados en reafirmar el papel central de los Africa CDC en la seguridad sanitaria mundial y en solicitar apoyo continuo a pesar de las presiones presupuestarias en los países donantes.
En Europa, las conversaciones con funcionarios gubernamentales y de desarrollo de Noruega y Dinamarca pusieron de relieve un interés común en fortalecer los sistemas de salud. Si bien aún no se han materializado nuevos compromisos financieros, ambos países manifestaron un firme apoyo político a los objetivos a largo plazo de la agencia africana.
Durante su viaje a Oslo, Kaseya firmó un memorando de entendimiento enfocado en el desarrollo de capacidades, la mejora de los datos para la toma de decisiones y el aprovechamiento de DHIS2 —una plataforma de software de código abierto para la recopilación, la presentación de informes, el análisis y la difusión de datos agregados e individuales— para la vigilancia de enfermedades en el nivel nacional y regional.
Para el asesor principal del director general y gerente de Incidentes Continentales de Mpox, Ngashi Ngongo, lo que puede parecer un gran revés podría, de hecho, convertirse en una oportunidad decisiva.
“Los CDC de África están aprovechando los recortes de financiación globales para promover una financiación sanitaria sostenible, impulsar la inversión nacional, abriendo vías de financiación innovadoras y construir sistemas resilientes para el futuro de África”, afirmó Ngongo.
Reflexionó sobre los ajustes necesarios y qué enfoque deben adoptar ante esa nueva normalidad, así como el momento para redefinir el futuro de la financiación de la salud en el continente.
“Por eso, estamos avanzando con una nueva estrategia que prioriza una mayor movilización de recursos internos, explora financiación innovadora como los impuestos solidarios y los impuestos al pecado, y atrae la inversión del sector privado”, comentó.
arc/nmr