Por Nara Romero Rams
Corresponsal jefa en Etiopía
El 2 de abril de 2011 fue colocada la primera piedra del dique que generará más de cinco mil megavatios de electricidad. Más allá de garantizar el acceso a ese servicio, la GERD es la visión central de la industrialización y la conectividad regional.
Para la nación africana, se trata de un paso transformador teniendo en cuenta que casi la mitad de su población rural carece de acceso a la electricidad.
Asimismo, hace realidad la aspiración de Etiopía de aprovechar sus recursos naturales de manera sostenible y equitativa, lo que marca un cambio no sólo en el desarrollo de la infraestructura, sino también en la dinámica geopolítica regional que, por muchos años, se rigió por tratados de agua de la era colonial.
Pero no todo fue color de rosas durante la construcción del ambicioso proyecto debido a la presión internacional durante las fases de represamiento y los desacuerdos con Egipto y Sudán, que alegaron preocupaciones sobre los recursos hídricos.
Al respecto, el primer ministro Abiy Ahmed reiteró en múltiples ocasiones que el dique no es una amenaza, sino más bien una oportunidad compartida al describirlo como un símbolo de la cooperación regional y el beneficio mutuo, con la energía y el desarrollo que se espera aumente no sólo para Etiopía, sino para toda la región.
Muestra de esa visión es la exportación de electricidad a Sudán, Kenya, Djibouti y otros países vecinos, fomentando la interdependencia económica en el Cuerno de África. La presa etíope refuerza la conectividad energética transfronteriza, además de mejorar la gestión del agua y aumentar la seguridad alimentaria.
Ahmed subrayó que la GERD cuenta con un diseño para regular el flujo estacional de los ríos, mitigar las inundaciones destructivas y asegurar un suministro del preciado líquido más predecible.
UNIDAD REGIONAL CON AGUA Y ELECTRICIDAD
Para reforzar el criterio de no perjudicar a nadie, junto a Sudán del Sur, Ruanda, Tanzania, Uganda y Burundi, Etiopía puso en vigor en octubre pasado el Acuerdo Marco de Cooperación de la Cuenca del Río Nilo.
Este documento jurídico para los países ribereños constituye el testimonio del compromiso de utilizar el afluente en beneficio de todos de manera equitativa.
De igual manera, corrige las desigualdades existentes en su uso y reconoce los derechos legales de todas las naciones involucradas, teniendo como centro el derecho sostenible.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Nebiat Getachew, afirmó que la energía generada por la GERD será para los países de la región, lo que impulsará la integración.
Getachew precisó también que la presa tiene una dimensión panafricana, al referirse a la Agenda 2063 de la Unión Africana basada en la unificación de los africanos para la prosperidad y el desarrollo conjuntos.
Recalcó que Addis Abeba aboga constantemente por una solución beneficiosa para todos, asegurando a los países río abajo que el dique no está diseñado para disminuir su caudal.
“Hemos asegurado repetidamente a nuestros vecinos que esta presa no se construyó para causar daños ni para disminuir el caudal de agua a los países ribereños bajos, sino que es una presa que solucionará la actual escasez de energía en Etiopía con un enfoque beneficioso para todos”, subrayó.
Este enfoque, aseveró, continuará hasta que las naciones ribereñas bajas recuperen la cordura, comprendan plenamente esta postura y puedan colaborar en nuevos proyectos que beneficiarán a todos los involucrados en la cuenca del río Nilo.
El vocero de la Cancillería local recordó las presiones diplomáticas sin precedentes contra el país, señalando que esos crecientes desafíos eran irrazonables. La GERD no pretende perjudicar a ninguna nación, sino servir como un faro de prosperidad regional, recalcó.
Una vez más, dijo que el proyecto hidroeléctrico aspira a abordar las urgentes necesidades energéticas nacionales, donde aproximadamente el 65 por ciento de la población carece de acceso a ese servicio.
“Y en este contexto, cualquier iniciativa para abordar este crítico problema de suministro de energía o electricidad, renovable, a nuestros ciudadanos no debe interpretarse en ningún caso como un intento de perjudicar o bloquear el acceso de otros al agua”, agregó. Etiopía llevó a cabo varias negociaciones y conversaciones, a pesar de los obstáculos diplomáticos, incluyendo la oposición, principalmente de los países río abajo, recordó. Pero Etiopía se mantiene firme en su propósito de resolver esos problemas mediante la negociación y el diálogo, concluyó.
LA MIRADA DE ÁFRICA
El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, elogió la inauguración de GERD el 9 de septiembre pasado como un hito generacional que se hará eco a través de la historia de África.
Ante la presencia de líderes y dignatarios africanos y caribeños, Youssouf calificó el momento como un “día histórico”, no solo para Etiopía sino también para el continente. Subrayó que el inicio del proyecto, la construcción de décadas y la finalización reflejan una dedicación inquebrantable, sacrificio nacional y liderazgo visionario.
Destacando el impacto transformador del dique, señaló que sus más de cinco mil megavatios de energía renovable iluminarán los hogares, impulsarán las industrias y extenderán las oportunidades económicas dentro de Addis Abeba y en todos los Estados vecinos.
Precisó que la GERD encarna la visión del Programa para el Desarrollo de la Infraestructura en África, el marco de la Agenda 2063 lanzado en 2012 que guía las ambiciones de infraestructura transfronteriza a gran escala del continente en energía, transporte, recursos hídricos transfronterizos, entre otros.
Al reiterar las garantías de Etiopía de que no tiene la intención de causar daño con la presa, enfatizó la diplomacia como el camino a seguir. “Insto a los tres países (Etiopía, Egipto y Sudán del Sur) a reanudar las conversaciones sobre la base del Acuerdo de Principios de Jartum de 2015”. La Unión Africana está lista para facilitar el diálogo, aseveró.
Mencionó la gestión conjunta del río Senegal por Dakar, Mali y Mauritania como un modelo de cooperación trilateral exitosa.
Por su parte, el director ejecutivo de la Sociedad de Derecho de África Oriental, David Sigano, declaró que Etiopía es fundamental para la transformación del continente.
Con la culminación de la GERD, les da a los países africanos una motivación adicional que demuestra un espíritu de posibilidad al mostrar la unidad nacional y la autosuficiencia, acotó.
“Estoy muy orgulloso de Etiopía por construir la Gran Presa del Renacimiento. Estamos orgullosos del hecho de que Etiopía desarrolló esa presa utilizando sus propios recursos”, añadió.
En ese sentido, Sigano recordó que muchos proyectos en el continente se desarrollan o realizan a través de préstamos y de la cooperación internacional, de ahí que una iniciativa autofinanciada de tal magnitud como GERD muestra que es posible hacer lo mismo en África.
“Por lo tanto, el hecho de que Etiopía haya sido capaz de completar esto es algo que nos da motivación de que es posible. Eso es parte de la transformación que el continente está buscando, incluso en términos de energía limpia”, recalcó.
Señaló que África se ha esforzado por industrializar, y la energía es el mayor catalizador para esa industrialización.
Con la Gran Presa del Renacimiento Etíope, se espera que facilite la integración energética regional a través de las exportaciones y promueva la estabilidad, la cooperación y la prosperidad compartida, destacó.
A su juicio, la central hidroeléctrica es ampliamente celebrada como un potencial “cambio de juego” para el panorama de energía y desarrollo del continente.
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