Por Mariela Pérez Valenzuela
Corresponsal jefa en República Dominicana
Situada en el corazón del Distrito Nacional, esta área de vegetación preservada fue la única de su tipo en 42 años en el país, hasta la inauguración de su similar en la provincia Santiago de los Caballeros.
Nadie quiere en Santo Domingo que se toque un centímetro de ese suelo de unos dos millones de metros cuadrados (m2), en los que antes funcionaba un campamento de entrenamiento militar. Donde proliferaban las armas, ahora se enseñorean los árboles, las flores y el aire puro.
Para el pueblo dominicano, su Jardín, como lo llaman popularmente, es sagrado. En días recientes surgió una controversia que involucró a partidos políticos, movimientos sociales y el pueblo en general tras el anuncio de un plan de ampliación de una avenida que, denunciaron, afectaría el área protegida.
Con la consigna, el “Botánico no se toca”, activistas sociales, defensores del medio ambiente y dominicanos en general se congregaron frente a la gran parcela con el fin de enviar un mensaje a las autoridades de que el “pulmón verde” de la capital se respeta.
Solo la intervención del presidente Luis Abinader puso fin a la contienda.
El dignatario aseguró a la prensa que el este no sería afectado por los trabajos de expansión de la avenida República de Colombia, y anunció que, por el contrario, será ampliado con 20 mil m2 cuadrados adicionales.
PROYECTO DE SOLUCIÓN VIAL Y AMBIENTAL
El Gobierno dominicano presentó a inicios de este agosto el proyecto “Solución Vial y Ambiental de la avenida República de Colombia y su entorno”, una obra dirigida a descongestionar el tráfico vehicular en la capital.
La explicación del proyecto tuvo lugar en el propio Jardín Botánico con la presencia de autoridades, técnicos y representantes de la comunidad.
Trascendió que la obra tendrá una duración estimada de dos años y, una vez finalizada, impactará la calidad de vida de más de 1.4 millones de dominicanos residentes en el Gran Santo Domingo.
El plan contempla una intervención profunda a lo largo de toda la avenida, por donde transitan alrededor de 35 mil vehículos diarios, con el objetivo de descongestionar el tránsito, reducir los niveles de contaminación ambiental y recuperar espacios públicos, según la información oficial.
Incluye la ampliación de la vía en su intersección con la avenida Monumental, la eliminación de cruces conflictivos, la construcción de retornos estratégicos y una solución vial a desnivel en la intersección con la avenida de Los Próceres.
De forma paralela, el proyecto apuesta por una transformación ambiental significativa.
Al respecto, las autoridades detallaron que donde antes existía una cañada contaminada, se recuperarán más de 24 mil metros cuadrados de áreas verdes para el desarrollo de un parque ecológico que será administrado por el Jardín Botánico Nacional.
A raíz de las preocupaciones de ciudadanos y sectores medioambientales, el ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella, explicó que esta es una obra de alto nivel técnico, que integra soluciones de ingeniería moderna como pasos a desnivel y puentes diseñados con criterios de seguridad, durabilidad y eficiencia.
En tanto, el Ministerio de Medio Ambiente anunció un plan de remozamiento de infraestructuras internas del sitio, con motivo de su 50 aniversario.
EL JARDÍN BOTÁNICO POR DENTRO
Bautizado como Dr. Rafael María Moscoso en homenaje al primer científico dominicano dedicado a la investigación y estudio de las Ciencias Botánicas, autor de un catálogo sobre la flora de la Isla Española en 1943, el de Santo Domingo está considerado como uno de los 10 mejores jardines botánicos del mundo.
El espacio, sinónimo de renovación y buen gusto, fue diseñado por el arquitecto Benjamín Paiewonsky y construido por el ingeniero Joaquín Ruiz 1972, e inaugurado el 15 de agosto de 1976.
Esa joya creada por el hombre para su esparcimiento y conocimiento de las riquezas naturales de esta tierra posee entre sus mayores atractivos la renovación ambiental, pues los visitantes siempre encuentran nuevos espacios de interés.
El emblema del parque es una hoja de la Palma Guanito ( Coccothrinax argentea), una especie dominicana muy abundante dentro del jardín.
ESPECIES Y ÁREAS DESTACADAS
Son numerosos los lugares del Jardín que exhiben una gran variedad de flores. Se estima que allí existen más de 69 mil especies clasificadas, lo que atrae la curiosidad de los paseantes que disfrutan de su belleza.
Por sus áreas destacadas, desde su fundación hasta ahora es considerado un museo permanente que muestra los ocho ecosistemas más importantes de la República Dominicana.
Distintos sitios hacen las delicias de los visitantes, recibidos en la planta central donde hay fuentes con plantas acuáticas y peces multicolores, escoltados por variedades de palmeras. Trenes pequeños esperan para un paseo por la diversa y rica vegetación de ese bosque en el centro de Santo Domingo.
El reloj floral es uno de los mayores atractivos, con una altura de 3,5 metros, unos 20 metros de diámetro y unas manecillas de cinco metros de longitud que marcan las horas.
Está también el muy gustado Jardín Japonés con una variedad de plantas oriundas del país oriental, envueltas en la belleza paisajística de puentes y estanques poblados de tortugas.
Asimismo, los paseantes se encuentran el Herbolario dedicado a plantas medicinales, con información sobre sus propiedades y uso.
Otro espacio está ocupado por las endémicas para que la población las conozca y proteja, pues hay algunas en peligro de extinción como sabina, campanita criolla, aceituno y camelias.
En las áreas exteriores de ese bosque está el Arboretum, de unos 12 mil m2, donde hay sembrados unos mil 500 árboles, en su mayoría endémicos y exóticos.
El cultivo de las palmeras también resulta atrayente. En 300 mil m2 crece de manera natural el guanito, que es autóctono y emblema del parque, y otras palmas de la nación y del mundo.
En un área ocupada por la flora silvestre nacional, aparece la llamada Gran Cañada, una corriente de agua permanente de 1,6 km de longitud a lo largo de toda la reserva natural que desemboca en el río Isabela, situada en los alrededores del Parque Zoológico Nacional de Santo Domingo.
Los pabellones especializados, diseñados para la educación, conservación y exhibición de la flora nacional y regional, permiten a los visitantes conocer de manera más detallada distintos grupos de plantas y ecosistemas.
Se exhiben especies endémicas y nativas como la palma real, caoba criolla, guayacán, ébano verde, más de 100 variedades de helechos, además de plantas secas como los cactus y otras adaptadas a zonas áridas.
Durante este agosto, a propósito de su aniversario 49, se organizan exposiciones y venta de plantas, talleres y charlas educativas sobre vegetación dominicana, cambio climático, conservación, agricultura urbana, actividades para niños, concursos, exhibición de plantas raras o en peligro y recorridos especiales.
arb/mpv