Por Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefa en Estados Unidos
Mientras la nación caribeña lidia con su peor crisis económica en décadas a causa del cerco económico unilateral, la administración de Donald Trump endurece su postura y el diálogo parece haberse esfumado de la agenda bilateral. Son dos orillas sin puente.
Se trata de una política que pasó de “máxima presión a máxima agresión”, afirmó Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos en la Cancillería cubana, en diálogo con Prensa Latina durante su reciente visita de trabajo a Washington DC.
En poco más de cinco meses, a casi una veintena se acercan ya las medidas del Gobierno de Estados Unidos para castigar a Cuba desde que Trump asumió su segundo mandato. “No nos sorprende”, dijo Tablada.
La diplomática hizo énfasis en dos de las más recientes medidas de Trump en ese momento; una, la referida a las prohibiciones totales y restricciones de entrada a Estados Unidos para ciudadanos de un grupo de países, entre ellos, Cuba.
La otra medida, vinculada a la decisión de la administración Trump de revocar visas de funcionarios de gobiernos de Centroamérica que participen en algún tipo de colaboración médica de Cuba, a la que en Washington “llama fraudulentamente trabajo forzado y todas esas categorías que son eufemismos”, subrayó Tablada.
Pero “tuvimos también el orgullo de escuchar a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, responder que el personal médico que está en ese país no hace ningún tipo de trabajo forzado y sí una actividad muy apreciada”, acotó al destacar la posición adoptada también por las naciones del Caribe oriental. A juicio suyo, “el Departamento de Estado funciona hoy como una empresa privada. Ya se asignaron millones para perseguir a los médicos de Cuba, ya se repartieron esos millones” entre “los que han dedicado buena parte de su vida a vivir de fondos del Gobierno de Estados Unidos para desacreditar a Cuba en cualquier tema”.
“La política de Estados Unidos transcurre por una avenida de ficción, donde se inventan cosas, se financian a otros para que repitan esos inventos y después se castiga a Cuba igual por ese invento”, subrayó la diplomática.
Denunció que, desde hace algún tiempo, “se hablaba de incluir a un grupo de países en no bienvenidos a Estados Unidos, lo que singulariza a naciones de una manera discriminatoria y en el caso de Cuba justifica una política que se estaba aplicando”.
MEDIDAS CON TOTAL OPACIDAD
La subdirectora general explicó que hay una situación de “abuso por este gobierno y en particular por su secretario de Estado, que ha hecho del tema personal y de su foco delirante de asfixiar a la Revolución cubana, de matar de hambre al pueblo cubano, de provocarle carencias y escaseces”. No descartó que “pudieran venir medidas más impopulares”.
“Estas medidas son malas no solo para los cubanos que vivimos en Cuba, estas medidas dividen a la familia de Cuba, imponen altísimo dolor a personas que necesitan verse, visitarse”, aseguró.
Recalcó que “se está llevando una agenda personal a una agenda de Estado. Yo creo que ni siquiera en la emigración cubana esto sea popular, como tampoco las amenazas de deportación masiva, ni todos los augurios de las medidas que harían más difícil la vida de sus familiares”.
Hay semanas en que se han implementado dos y tres medidas y en este caso se enmascararon con disposiciones que afectan extraterritorialmente a otros países.
“La mayor parte de estas medidas se han hecho con total opacidad, es decir, medidas que se han ido tomando desde el primer día, la primera de ellas, volver a poner a Cuba en la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo, se hizo dentro de un paquete de 78 decisiones para que nadie se diera cuenta”, argumentó.
La medida de volver a establecer y abrir las puertas para demandas en cortes, demandas ilegales por cosas que son legítimas como la inversión en un país soberano de cualquier empresa extranjera o estadounidense también se hizo con opacidad, la misma devolución de los pasaportes que eliminaron categorías para el intercambio entre Cuba y Estados Unidos; toda la manipulación del tema migratorio, recordó.
La política de Estados Unidos contra Cuba -afirmó- ni haría a Estados Unidos más seguro, ni combate la emigración irregular. “Por el contrario, cada vez se han tomado medidas tan duras contra la población cubana que se estimula la emigración irregular, sobre todo ahora que se han cerrado los privilegios que antes tenían los cubanos para entrar en Estados Unidos”, enfatizó.
“Se han tomado medidas como que Cuba no coopera en el área del terrorismo, se declaró a Cuba un país adversario, se suspendió el acceso desde Cuba a nuevas plataformas importantes para el desarrollo de nuestros profesionales; la persecución activa en otros países y la intimidación a quienes viajan a Cuba”, puntualizó la funcionaria.
Y ahora hay proyectos de ley -acotó la subdirectora general- que quieren convertir todas estas medidas en ley como en su momento hizo la Helms-Burton, que agarró todas las regulaciones que se habían acumulado desde el ‘59 hasta el ’96 y las puso en piedra.
“Hoy en día los más impopulares congresistas de Estados Unidos como María Elvira Salazar y Carlos Jiménez están pidiéndole a las personas que sufran para ellos poder salirse con sus objetivos políticos y quienes los financian porque hay intereses económicos específicos”, insistió. Comentó igualmente sobre la iniciativa del senador por Florida Rick Scott, que impulsa la aprobación de un proyecto de ley para restringir el trabajo de los diplomáticos cubanos.
“Nuestros diplomáticos, a diferencia de los diplomáticos estadounidenses en Cuba, no andan por los Estados Unidos interviniendo en los asuntos internos, no andan por los Estados Unidos opinando de qué está bien o mal en este país, no andan por los Estados Unidos vendiendo nuestro sistema político, ni económico ni de justicia social”, advirtió.
Simplemente -enfatizó- “están promoviendo mejores relaciones y explicando una verdad que su gobierno le ha negado a la opinión pública estadounidense conocer al demonizar y criminalizar todo lo que tiene que ver con Cuba”.
Todos los días se fabrica una manipulación -apostilló- “para justificar esa política como la de las inventadas bases chinas, como en su momento lo fueron los inexistentes ataques acústicos, que hasta las mismas agencias de Seguridad de Estados Unidos años después alegaron que no ocurrieron”. Pero nadie resarció a Cuba por todas las medidas unilaterales que se tomaron “y solo Cuba, aunque en 100 lugares aparecieron gente diciendo que le dolía la cabeza, solamente contra Cuba se utilizó como pretexto para cerrar el consulado, para cerrar los cruceros, para cerrar las plataformas donde las personas podían alojarse en Cuba para irle encima al turismo, a la Salud Pública de Cuba y al intercambio oficial”, acentuó.
Según Tablada, “no quieren que cubanos y estadounidenses del gobierno o de otras agencias o instituciones de los Estados Unidos nos sentemos a conversar, a dialogar y a hacer acuerdos”.
ENTONCES, ¿CUÁL ES EL PUNTO?
Johana Tablada pidió prestar atención a lo que está ocurriendo en la actualidad en la política hacia Cuba. “Lo que están haciendo hoy contra nuestro pueblo no solo va a provocar un impacto de mucho dolor en nuestra población y en la emigración cubana, sino que también está atentando contra derechos de los estadounidenses”, agregó.
Esa política, detalló, “pudiera también provocar irresponsables escenarios de confrontación como quieren quienes siempre han dificultado y obstaculizado las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que puede ir desde una ruptura de relaciones diplomáticas hasta una situación de escaseces tan grandes provocadas deliberadamente por Estados Unidos”.
Al endurecer el cerco contra Cuba, pretenden provocar disturbios, desestabilización “con el objetivo de su soñado y fracasado derrocamiento de la Revolución cubana, objetivo en el cual volverán a fracasar, pero verdaderamente sentimos que es importante alertar a las personas, para que se pare esta arremetida contra Cuba”, señaló la diplomática.
Aun cuando sabemos que estamos listos para cualquier escenario -sentenció- “no se debería imponer más dolor, más sufrimiento y más dificultades a un pueblo tan solidario, tan noble, tan heroico, tan generoso como el pueblo de Cuba”.
Mientras le han quitado vacunas a África, fondos para combatir el SIDA, ayudas para el Tercer Mundo, se han fortalecido los programas por ejemplo de la Usaid, que dirige también el secretario de Estado, “para hacerle daño a Cuba, para intervenir en los asuntos internos de Cuba, suspender o atentar incluso contra el diálogo oficial en temas de importancia”.
A la pregunta sobre si hay conversaciones en algún tema, Tablada fue enfática: “No existen”.
“Estados Unidos cada día se aísla más y hoy el secretario de Estado sabe que una cosa es hablar ahí en el Senado y otra cosa es salir al mundo real y enfrentar el prestigio de la Revolución cubana, el reconocimiento a la resistencia del pueblo de Cuba, el cariño y el respeto que despierta nuestra justa causa”, alertó.
Finalmente recalcó que la disposición de Cuba al diálogo con Estados Unidos se mantiene intacta. “Cuba no va a renunciar a su posición. Queremos construir una relación civilizada con los Estados Unidos sobre la base del respeto mutuo, de trabajar en intereses comunes”, concluyó.
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