Por Roberto F. Campos
Fotos Roberto F. Campos
De la redacción de Economía
Ubicadas en la región sur-occidental de este archipiélago, en la provincia de Matanzas, y perteneciente a la Ciénaga de Zapata, se trata de espacio privilegiado para esperar las migraciones de aves provenientes del Norte, sobre todo en los meses de noviembre a febrero.
En Cuba, la temporada alta del turismo se registra de noviembre a abril, cuando llega una gran cantidad de viajeros, sobre todo provenientes de Canadá y Europa.
Y precisamente, del Reino Unido, Alemania y los Estados Unidos, arriban los más amantes de las aves y la naturaleza, quienes se mueven por todo el planeta en busca de emociones y de conocimiento sobre el entorno.
El guía de Prensa Latina para explorar esos derredores se nombra Yoandy Bonachea Luís, quien es además fotógrafo de naturaleza y visita con frecuencia esos parajes, pese a que es necesario soportar una carga de mosquitos, pero a la vez ilustra con la belleza de los amaneceres y las aves que buscan refugio en el lugar.
Para poder apreciar estas bondades de Las Salinas, es necesario escudarse en mucha ropa y protecciòn del rostro, las manos y las piernas.
Casi se puede decir que los mosquitos te levantan la cámara fotográfica de las manos, pero ello no es impedimento para quienes quieren apreciar aves y conocer un lugar de naturaleza muy especial de Cuba.
LAS SALINAS DE BRITO, ESPACIO MUY PARTICULAR
Dentro de las áreas protegidas se trata de un lugar icónico para la observación de aves, está en un acceso hacia los manglares y lagunas interiores, con preferencia para los avistamientos, recalca, de noviembre a febrero de cada año, cuando ocurren las migraciones.
Se trata de 40 mil hectáreas, un sector del Parque Nacional, con los primeros 12 kilómetros de bosques Semideciduos.
Esos son bosques en el extremo húmedo del rango de precipitación, semi-deciduos y de mayor estatura de 20 a 25 metros de altura, mientras que los bosques que crecen en zonas de menor precipitación son casi cien por ciento deciduos, y en general presentan una estatura menor y un dosel más abierto que no pasa de 15-18 metros.
También estas zonas están acompañadas de lagunas, pues el Parque pierde sus hojas y cambia la coloración, y después aparecen las lagunas interiores con manglares en los que los flamencos son el mayor atractivo, aunque no el único.
Espacios perfectos para especies como la Sevilla de Espátula rosada, pico de cuchara, los Pelicanos blancos que vienen de Norteamérica, y otros.
Como comentario adicional, el guía explica que de 2000 a 2004 se veían pocos Pelícanos blancos, en el conteo, los pasados se marcaron 600 o 700 pelícanos blancos, y ello puede repercutir negativamente en el ecosistema, pues las aves que se alimentan acá tienen que compartir ese sustrato.
Las Salinas es observación de aves, pesca a mosca recreativa deportiva, de ahí que sea manejada mediante contrato con varias instituciones y turoperadores internacionales.
UN POCO DE HISTORIA
El lugar debe su nombre a José Brito Santos, quien en 1935 se dio cuenta que los pobladores del lugar en invierno reclamaban la sal, espacio poco lluvioso, cuando las lagunas interiores se secaban y las personas iban en mulos, carretones, a caballo, a buscar bloques de sal, muy preciado para cocinar y conservar alimentos.
Brito vio la oportunidad de sacar sal a gran escala en aquel entonces y construyó unos estanques dentro de los manglares, para bombear el agua de la laguna de los manglares hacia esos estanques, los dejaba secar y con un molino antiguo la sacaba por vía marítima y terrestre.
Tenía una avioneta, y un piloto a la vez guardaespaldas conocido como El Colorado o Colorao, considerado un matón, por lo que incluso muchos pensaban que se dedicaban al trasiego de droga, algo que finalmente parece no probado. Luego del triunfo revolucionario de 1959 marchó a Estados Unidos.
Su avioneta volaba desde una pista que también construyó en la zona donde en la actualidad se encuentra una estación biológica.
Diversidad, viajes en kayaks y otros programas ahora pausados llevaban a los turistas en botes impulsados por pértigas, hacia una isleta en el interior de los lagos para ver jutias, iguanas y pescar a mano.
Y esta es también la región donde los científicos determinaron el Hombre de Zapata, descubierto en 1913, luego de una expedición de cuatro años organizada por el científico cubano Juan Antonio Cosculluela Barreras (1884-1950), quien en 1918 presentò un importante libro sobre estos temas.
Por lo que determinaron un enterramiento en el sitio llamado Guayabo Blanco, cuyas osamentas en la actualidad se encuentran en el Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana.
Un individuo que vivía por estos lugares, diferente en talla, ajuares, vestuarios, con patriarcado y el llamado Sabaneo o casamientos dentro de las familias, que caracterizó a los orígenes del lugar.
Cosculluela fue ingeniero Civil, Profesor e Historiador. Realizó diversos estudios, proyectos y obras hidráulicas a lo largo de su carrera.
Ejerció durante 27 años la enseñanza de la Ingeniería Sanitaria e Hidráulica en la Universidad de La Habana, y realizó también estudios históricos y arqueológicos, los cuales constituyeron aportes valiosos al conocimiento de las culturas aborígenes.
Por tanto, con todos estos elementos, historia y tradiciones, junto a la belleza y la riqueza del paisaje que nos ocupa, el guía nos llevó a la conclusión de que la Ciénaga de Zapata es uno de los lugares más importantes de Cuba en materia de turismo de aventuras y naturaleza.
ALGO MÁS SOBRE LAS SALINAS
Las Salinas de Brito es un área hermosa de varios kilómetros cuadrados de extensión y adejmàs, un santuario de aves.
Según el historiador del municipio Ciénaga de Zapata Julio Antonio Amorín Ponce, se presume que el explorador Cristóbal Colón pasó cerca de Las Salinas durante su segundo viaje al continente americano.
Sin embargo, el primero en describir la zona fue Don Luís Juan Lorenzo D’Clouet, un francés fundador de la Fernandina de Jagua, hoy ciudad de Cienfuegos.
Investigadores afirman que D’Clouet envió una carta a la reina Isabel donde ponderaba las bondades del lugar para la explotación de la sal. La extracción de este preciado producto se remonta por tanto a la época colonial, y de los siglos XVI al XVIII el tráfico de piratas y corsarios por las aguas aledañas favorecieron su comercio.
También durante las Guerras de Independencia del siglo XIX contra la Colonia española, la sal común favoreció a los patriotas cubanos para conservar o preparar los alimentos. Las Salinas fue conocida por los habitantes de la comarca con los apellidos de Cazones y de Brito, este último el que más perdura.
La ubicación exacta de Las Salinas, mirada desde el mar, es cercana al vértice izquierdo de la Bahía de Cochinos, sitio histórico donde en abril de 1961 fue derrotada una brigada apoyada por los Estados Unidos, de mil 500 hombres.
El sistema de marismas existente en esa zona la convierte en excelente lugar para dar refugio a más de 65 especies migratorias que allí acuden durante la temporada de invierno.
Ornitólogos reportan la presencia de la Torcaza Blanca (Columba inornata), cartacuba (Todus multicolor), del tocororo (Priotelus temnurus) ave nacional de la Isla, el pato de la Florida, el pelícano gris y el Martín Pescador, entre otras.
También figuran de forma permanente distintos tipos de garzas, y algunos ejemplares muy difíciles de observar en otros lugares como el gavilán batista y la cigüeña (bandadas de grullas habitan en las sabanas aunque es poco frecuente poder verlas).
Sin embargo, la vedette de la región es el flamenco rosado (phoenicopterus ruber), una especie protegida, del cual expertos aseguran la existencia de poblaciones de unas 10 mil aves, la mayor población en ese territorio, y que realizan sus movimientos, sin preocuparse mucho por los seres humanos que les observan.
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