Por Daimarelys Pérez Martínez
Redacción de Cultura
Lo reafirmó en su reciente visita a Cuba, donde participó en la Conferencia Internacional por el aniversario 30 del programa de la Unesco “La ruta de las personas esclavizadas”, desarrollada en esta capital del 21 al 23 de agosto.
Como gran amigo de esta isla caribeña, Soyinka compartió criterios con Prensa Latina sobre el mundo actual, y su posición en cuanto a los nuevos métodos de dominación y de esclavitud.
Acerca del racismo y de la hegemonía en pleno siglo XXI, el escritor sostuvo que es lamentable y deprimente lo que sucede hoy con otras formas de poder.
Parece que vamos hacia atrás, por ejemplo, la situación en Gaza, o entre Rusia y Ucrania; están volviendo los instintos de dominación y a mí me resulta muy inquietante, señaló.
Después de un período de movimientos de liberación, tanto en el norte europeo como en África, hemos retrocedido varios pasos, consideró el escritor, primer africano en recibir, en 1986, el Premio Nobel.
Hombre sabio, sencillo en sus planteamientos; a sus 90 años Soyinka es muy elocuente y asequible, además de que se mantiene al tanto de los desafíos impuestos por la modernidad.
Akinwande Oluwole Babatunde Soyinka, su nombre completo, nació en una familia yoruba, asistió al Government College de Ibadan -segunda ciudad más grande de Nigeria, después de Lagos, y capital del estado de Oyo-; más tarde cursó estudios en University College Ibadan y la Universidad de Leeds, en Inglaterra.
Tras estudiar en Nigeria y Reino Unido trabajó con el Royal Court Theatre de Londres y fue la etapa en que llegó a escribir obras producidas en ambos países en teatros y en la radio.
Soyinka participó activamente en la historia política de Nigeria y en su campaña por la independencia de la dominación colonial británica. A la pregunta de Prensa Latina sobre cómo ve al mundo hoy, adónde cree que puedan llevar al planeta tantos conflictos, el intelectual reaccionó con escepticismo.
Me hago la misma pregunta. Estamos en una etapa en la cual el mundo, no es que esté oprimido, sino la gente comienza a mirar, a explorar hacia otras posibilidades y eso me llama mucho la atención, porque nos encontramos en medio de un espíritu de descubrimiento y el descubrimiento es equivalente a liberación, sostuvo.
Sin embargo, ese estado de emancipación, señaló, no se ha traducido, no lo percibo entre nuestras sociedades en estos tiempos; entonces, en lugar de exploración lo que persiste es la dominación, añadió.
Autor de novelas como «The Interpreters» (Los intérpretes/1964) o «Chronicles from the Land of the Happiest People on Earth» (Crónicas de las personas más felices en la Tierra/2021) y de obras de teatro, entre ellas, «The Lion and the Jewel» (El león y la joya/1959), Soyinka comentó sobre «The Strong Breed» (La raza fuerte/1964).
En su texto habla del humanismo, de las religiones negras del continente africano. No conozco ninguna religión africana que predique una cruzada violenta o promueva una Yihad (concepto del islam representante de una obligación religiosa), aclaró.
RECUPERAR LOS TESOROS AFRICANOS SAQUEADOS
Toda una fortuna arqueológica, histórica y artística se mantiene fuera de África debido a las guerras que durante años tuvieron lugar en el gran continente por parte de potencias europeas.
Hoy Soyinka hace un llamamiento a organizaciones y varias entidades para intentar recuperar esos tesoros saqueados y diseminados por el mundo.
Es una convocatoria para rescatar y hacer labores de restauración en valiosas reliquias de nuestros pueblos; ya existen gestiones encaminadas y el proceso se ha facilitado, por ejemplo, aquí en Cuba hay un fortalecimento de la espiritualidad, lo mismo en Brasil y Colombia donde pude corroborarlo, apuntó.
Se trata de expandir todo un movimiento de rescate por lo que representan esas antigüedades para nuestro continente con una cultura tan rica, tradiciones, sincretismo. Es muy importante mantener el legado africano y pasarlo a las nuevas generaciones, destacó.
EL EJE DEL PODER Y DE LA LIBERACIÓN
El intelectual nigeriano se refirió a las diversas y más modernas formas de esclavitud del siglo XXI.
Parece ser que hay varios sectores de la humanidad con la necesidad de esclavizar a otros, por eso utilizo la expresión «El eje del poder y de la liberación», puntualizó Soyinka, quien indicó la posición de la mujer en Afganistán u otros países de la región del ala más radical islamista y teocrática.
En un eje existe el género femenino que es la parte esclavizada; ahora mismo se les prohíbe a ellas en el régimen Talibán hablar en público y por todas estas cuestiones hay resistencia de vez en cuando, explicó.
Otro punto de vista es el de que en otras ocasiones el conflicto de los ejes está entre una religión y otra, entre una mayoría y una minoría, explicó.
Pero no siempre es la mayoría la que está del lado del poder y en ese caso esta tiene derecho a liberarse; debemos luchar porque en el mundo haya paz y los hombres no la han conseguido, expresó.
Reflexionó junto a este medio de prensa con una lectura humanista, con su siempre grato, esperanzador y muy oportuno discurso de paz.
Somos muy pragmáticos y a veces para poder alcanzar la paz, lamentablemente eso conlleva a la violencia. Es una paradoja terrible, condenó.
Merecedor del prestigioso Premio Nobel de Literatura, a la hora de nominarlo Soyinka hubiera encajado perfectamente en el Nobel de la Paz. Es una cuestión de convicción; lleva implícita la mentalidad progresista, incluso, en su exterior proyecta una imagen ecuánime y de individuo tranquilo. Lo que se dice un hombre de paz.
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