Por Karina Marrón González
Corresponsal jefa en Angola
Con 15 libros publicados, de géneros como poesía, novela y literatura infantil, la historia y la cultura angoleñas se convierten en pilares de su trabajo y tema central de sus más recientes títulos: La Batalla de Cabinda, una contribución para la historia de Angola (2023), y El funge (plato típico) para acabar depende del mojo (2024).
Kudijimbe afirma que la “historia tiene que ser contada por aquellos que participaron, por aquellos que la vivieron, no por otra persona, por un curioso”. Así lo aseguró en diálogo con Prensa Latina, donde reflexionó sobre la necesidad de que más voces angoleñas hablen de estos asuntos.
“Me preocupo por escribir de la Angola profunda, real, la vivida por nosotros y sin interferencia de nadie. Hablo de lo que viví, de lo que vi con mis ojos a lo largo de estos años”, dijo, y subrayó la importancia de que los nacionales relaten las vivencias de la lucha por la independencia y la posterior guerra civil que duró 27 años (1975-2002).
Cuando usted no explica y no tiene las cosas escritas, se deja espacio para distorsionar la realidad, sostuvo. Insistió en que los angoleños tienen que narrar esos acontecimientos sin esperar a que otros, quienes probablemente nunca estuvieron en el país lo hagan, o caricaturicen la realidad.
Esto es vital para las nuevas generaciones, apuntó, pues si se deja en manos del extranjero valorizar lo propio, entonces esos serán los valores que interiorizará la juventud, sin tener nada que contraponer.
Remarcó que esta labor no puede dejarse a la iniciativa personal y tampoco puede esperar, pues los años pasan y los protagonistas mueren, de ahí manifestó que debería existir un proyecto institucional para recoger y procesar los testimonios de figuras claves de la historia reciente de la nación.
CABINDA, UNA HISTORIA NECESARIA
Integrado a las luchas de Angola por la independencia, Kudijimbe comentó a Prensa Latina cómo llegó hasta Cabinda, provincia al norte del país y rica en recursos naturales.
Sus padres le habían pedido que se trasladara a ese territorio para continuar estudios, como una manera de alejarlo de Luanda, donde ya había estado preso de la policía política portuguesa.
Sin embargo, estando allí estalló la Revolución de los Claveles en Portugal (25 de abril de 1974), un acontecimiento que relanzó las esperanzas independentistas y lo motivaron a incorporarse al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA) de António Agostinho Neto.
Con apenas 20 años, en noviembre de 1975 cuando finalmente el país se declaró independiente, los pasos de Kudijimbe lo habían llevado de regreso a Cabinda tras un periplo por el Congo Brazzaville y la lucha armada en la provincia de Huíla.
Fue así que se convirtió en testigo excepcional de la batalla que tuvo lugar allí, durante la cual defendieron la soberanía del país tal y como lo conocemos hoy, incluso antes de que hubiese una bandera o un himno.
En 1975, cuando ya se avizoraba que Angola sería independiente, la entonces República de Zaire, hoy República Democrática del Congo, dio rienda suelta a las apetencias por tomar Cabinda y anexarla a su territorio, debido a su posición geográfica y recursos, explicó.
Añadió que las confrontaciones entre las potencias de entonces: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se expresaron también en los apoyos que brindaron a los movimientos independentistas angoleños, atizando los conflictos internos.
“Había un complot para que sucediera en Angola como había ocurrido en Namibia, que los sudafricanos aprovecharon el momento y la debilidad militar para tomar por asalto la región y anexarla a su país. Occidente sabía que en cuanto las tropas portuguesas se retiraran, el país quedaría desguarnecido y sería la oportunidad para apoderarse”, relató.
En Cabinda comenzaron a verse movimientos de fuerzas extrañas, al igual que en el sur del país, algo que llevó a Agostinho Neto a solicitar ayuda al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, para impedir con urgencia los avances de Zaire por el norte y Sudáfrica por el sur, que pudieran frustrar las aspiraciones del pueblo.
“Nosotros veníamos de una guerra de guerrillas de casi 14 años y estábamos completamente desgastados, Zaire tenía un regimiento de tropas debidamente preparado, organizado, disciplinado y decían que tomarían Cabinda en 72 horas. Menospreciaron a las fuerzas angoleñas, porque no teníamos ejército, armamento y formación”, comentó.
Para Kudijimbe la agudeza de Neto y la determinación de Fidel Castro de ayudar a Angola cambiaron el curso de los acontecimientos, pues la contribución cubana fue esencial para la preparación de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (Fapla), que poco a poco se convirtieron en un ejército regular.
La isla también brindó armamento y sus asesores trabajaron conjuntamente con los angoleños en la estrategia de defensa de Cabinda, lo cual permitió colocar las tropas por los lugares donde se pensaba que el enemigo podría entrar, relató el escritor, quien por entonces era uno de los soldados.
“En tres meses teníamos los dos batallones formados y todas las especialidades: la artillería, la defensa antiaérea, las comunicaciones, los transportes, tanques, carros blindados. Los propios instructores cubanos reconocieron que los angoleños en poco tiempo estábamos listos para defender la ciudad”, rememoró.
Agregó que las tropas de Zaire estaban reforzadas con mercenarios franceses, belgas y portugueses, y se sentían confiados, tenían incluso preparada la fiesta por la victoria, pero “el tiro les salió por la culata”, sentenció.
“Los combates fueron terribles, mas aquello que ellos pretendían no lo pudieron alcanzar, fue una victoria de las Fapla y sus aliados cubanos”, dijo.
Afirmó que si Cabinda hubiese caído en las manos de los enemigos, la independencia de Angola hubiera estado en riesgo y automáticamente la soberanía estaría incompleta.
“Una independencia sin Cabinda no sería lo mismo, no tendríamos el mismo orgullo que tenemos hoy y sería muy difícil luchar para tomarla de nuevo, pues geográficamente está en una posición muy complicada”, destacó.
ESCRIBIR LA HISTORIA
Kudijimbe habla de estos acontecimientos como si no hubiesen transcurrido hace casi 49 años. A ratos revisa fechas y nombres en su cuaderno, pero los acontecimientos parecen reproducirse en su memoria como en una película.
Sin embargo, escribir el libro La Batalla de Cabinda, una contribución para la historia de Angola (2023) fue algo que decidió hacer mucho tiempo después de los hechos, cuando en medio de la pandemia de Covid-19 sus compañeros de lucha le pidieron que relatara lo vivido.
“Comencé a investigar, a entrevistar a algunos colegas, también leí el libro del general cubano Ramón Espinosa Martín, busqué en internet… El libro me tomó un año y luego procuramos dinero para publicar”, comentó.
La guerra, no obstante, es un tema recurrente en su obra, algo que según confesó a Prensa Latina, llevará consigo hasta la muerte.
“Hablamos de una guerra entre hijos de un mismo país y de un mismo pueblo, y es preciso transmitir eso a las nuevas generaciones, qué sucedió, por qué en Angola durante tantos años estábamos desencontrados, unos de un lado y otros de otro. Este es el momento para explicarlo, para que mañana no vuelva a suceder”, precisó.
Para el escritor todo se puede resolver con el diálogo, no es preciso usar las armas; no obstante, consideró que un país rico en recursos naturales como este siempre tiene que estar preparado para defenderse de las apetencias externas.
“En todo lo que escribo hablo de la guerra en un sentido pedagógico, no es para insultar u ofender, sino para preparar las conciencias de las futuras generaciones en la defensa de la patria”, acotó.
Su más reciente obra, El funge para acabar depende del mojo, también aborda el asunto, además de profundizar en aspectos culturales angoleños a través de este plato nacional que, con sus versiones regionales, se consume de “Cabinda a Cunene, y del mar al este”.
“Comencé a escribirlo hace casi 40 años. Alrededor de 1987, cuando todavía era muy joven. Demoré porque yo quería hacer varias entrevistas, investigar… Este es un libro que transporta en su interior muchas cuestiones, como el deporte, la vida en las unidades militares, la paz y la reconciliación, y rinde homenaje a varias personas”, comentó.
arb/kmg