LA HISTORIA
El béisbol en este país centroamericano cuenta con una trayectoria de más de 100 años, inspirada sobre todo por la creación de una de las más impresionantes vías de transporte interoceánico a nivel mundial, el Canal de Panamá.
La construcción de la ruta vino a la par con la llegada de miles de ciudadanos estadounidenses, creando una mayor fuente de equipos para torneos informales hasta la eventual formación oficial de la primera liga de béisbol en 1912, que contaba con cinco equipos profesionales, seguido de la creación de la Liga Superior en 1915.
El béisbol siguió con periodos de altas y bajas, hasta que en 1944 se fundó lo que conocemos como la Federación Panameña de Béisbol, la cual contribuyó a la expansión del deporte hacia el interior del país y dio pie al Campeonato Nacional de Béisbol Mayor que prevalece hasta el día de hoy.
En 1946, los primeros equipos de Grandes Ligas visitaron Panamá; un año después, el novato Jackie Robinson y los Dodgers de Brooklyn disputaron un partido de exhibición contra Joe DiMaggio y los Yankees, de Nueva York, como parte de una gira que incluyó juegos en Cuba, Puerto Rico y Venezuela, aumentando la pasión por el deporte de las bolas y los strikes.
Los primeros tres peloteros panameños que debutaron en Grandes Ligas, en 1955, fueron los lanzadores Humberto Robinson, con los Bravos de Milwaukee y Vibert Ernesto Clarke, con los Nacionales de Washington, y junto con ellos el tercera base de los A’s de Kansas City y primer nacido en esta nación centroamericana en jugar con los Yankees de Nueva York, Héctor López.
López, quien jugó en cinco Series Mundiales consecutivas con los Bombarderos del Bronx, de 1960 a 1964, en las cuales bateó para un promedio de .286 en 15 partidos, es considerado por muchos, incluido el gran Mariano Rivera, uno de los más grandes pioneros del béisbol panameño.
No obstante, no fue hasta la llegada del inmortal Rodney Cline Carew (Rod Carew), nativo de Gatún, quien se coronó campeón de bateo en siete ocasiones y conectó tres mil 53 imparables en una ilustre carrera de 19 años en Grandes Ligas, que Panamá tuvo su primera estrella beisbolera.
“La serie se dio a conocer por tener a personas legendarias como López, Carew y los muchos más que han pasado por la carpa grande, es un honor y un privilegio poder llevar este evento a cabo como panameño. Esto no tiene precio”, señaló en algún momento el excerrador de los Yankees.
En cinco años Rivera le siguió los pasos a Carew, al convertirse en el segundo pelotero panameño en ser exaltado en el Salón de la Fama.
Por su parte, los estadounidenses radicados en Panamá tenían su propia liga, The Isthmian League, donde no se permitía que participaran los nativos.
Un dato curioso revela que de las ligas donde sí podían participar panameños, surgieron las primeras figuras del beisbol local, como el primera base y jardinero Darío Alfaro, y el lanzador Domingo Díaz Arosemena, quien fue jugador del Panama Athletic Club y luego sería presidente del país.
La LBP tuvo su primera etapa en la década de 1940 y terminó en 1971. Se conoce que el equipo Carta Vieja Yankees obtuvo la primera Serie del Caribe para Panamá en la edición de 1950.
LIGA PROFESIONAL
Actualmente, la Liga Profesional de Béisbol de Panamá (conocida por las siglas Probeis) es un torneo compuesto por cuatro equipos. Águilas Metropolitanas, Federales de Chiriquí, Nacionales de Panamá y Atlánticos de Bocas del Toro y Colón.
Los jugadores incluyen muchos prospectos que se miden en las Grandes Ligas de Béisbol de Estados Unidos y al mismo tiempo firman a muchos veteranos actuales de la MLB.
Este torneo tiene una temporada que comienza cada año a finales de noviembre y termina a inicios de enero con los playoffs.
De 2019 a 2024 el ganador de la liga participó en la Serie del Caribe. Desde el 2025 el club campeón participa en la Serie de las Américas y también tiene la posibilidad de asistir a la Serie del Caribe por invitación.
En 2019, la Serie del Caribe se jugó en Panamá y el país participó en calidad de invitado. El equipo “Toros de Herrera” (campeón de Probeis en 2018-2019), reforzado con jugadores de la liga nicaragüense, se coronó campeón en esa competencia.
Existe además el Campeonato de Béisbol Mayor de Panamá, iniciado en el año 1944, que hoy cuenta con 12 equipos, a saber: Panamá Metro, Colón, Panamá Oeste, Coclé, Herrera, Los Santos, Chiriquí, Bocas del Toro, Panamá Este, Chiriquí Occidente, Veraguas, y Darién.
Es la principal y más seguida competencia de béisbol en el país, principalmente representada por provincias y no por equipos profesionales.
Como dato curioso, en el primer campeonato de béisbol panameño en 1946, el cubano Rafael Noble, del equipo Cervecería Nacional fue elegido mejor bateador del torneo, tras registrar promedio ofensivo de .380.
RESULTADOS DESTACADOS
El quinto lugar obtenido en 2024 en el torneo Premier-12, competición de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), clasifica como un resultado envidiable para cualquier disciplina ese año en el país.
También se destacaron los equipos U18, U12 y U10, que alcanzaron sus objetivos, al clasificar para los respectivos campeonatos mundiales.
Asimismo, la representación de la pelota profesional panameña de Probeis tuvo otro buen año, cuando los Federales de Chiriquí se ubicaron en el tercer lugar de la Serie del Caribe 2024, disputada en Miami (Estados Unidos), antecedidos por los Tiburones de la Guaira (campeón, Venezuela) y Tigres del Licey (República Dominicana).
A pesar de todos estos éxitos, los organizadores de la Serie del Caribe en Mexicali, México, ganada por Leones del Escogido (República Dominicana), determinaron dejar fuera a Panamá por razones económicas, y en su lugar invitaron a Japón.
Debido a esto, los directivos de Probeis se reunieron con otros países, entre ellos, Cuba, Nicaragua, Curazao, Colombia y Argentina, y crearon la Asociación de Béisbol de las Américas.
Esta agrupación tuvo su primer torneo en enero de 2025 en Nicaragua y Panamá, representado por las Águilas Metropolitanas, se coronó campeón tras vencer a la selección local.
Curazao se ubicó en la tercera posición del evento y los cubanos Leñadores de Las Tunas quedaron en la cuarta plaza.
También sobresale en la historia el segundo lugar en la Copa Mundial de Béisbol 2003, disputada en La Habana, donde los canaleros cayeron en la final ante los caribeños anfitriones por 2-4, su mejor actuación en estas lides.
Panamá dejó atrás así las actuaciones brillantes de equipos nacionales, como el que compitió en el Mundial de 1945, torneo en el cual la selección ocupó el tercer lugar, detrás del campeón Cuba y Venezuela.
Esa medalla de bronce era lo mejor alcanzado por el béisbol panameño en 23 campeonatos mundiales. Los mejores bateadores por Panamá fueron Olmedo Sáenz, Audes De León y Luis Iglesias, autor de un jonrón.
En el plano local, los equipos de Coclé, dirigido por Rodrigo Merón; Chiriquí, con Carlos Lee III al frente; y Azuero, con Manuel Rodríguez como timonel, se hicieron de los títulos nacionales en las justas Juvenil, Mayor y sub-23. Este último torneo celebró su primera edición.
Panamá fue sede de dos de los tres torneos premundiales, el sub-18 y el sub-12, lo que significó clasificar automáticamente para las citas mundialistas.
Sin embargo, la actuación de las tres selecciones, incluyendo el plantel de la categoría sub-10, fueron excelentes, lo que quedó confirmado con puestos entre los primeros cuatro en la tabla final de cada certamen por méritos propios.
Incluso, el equipo sub-18, dirigido por Carlos César Maldonado, disputó el título ante la representación estadounidense, que se impuso en ese compromiso.
Estados Unidos es el campeón mundial de esa división, cuya cita del orbe se jugará en la ciudad japonesa de Okinawa, entre el 5 y 14 de septiembre próximos.
El equipo sub-12, con José Murillo III al frente, también estuvo entre los cuatro grandes en el campeonato continental y uno de sus peloteros, Joel Córdoba, fue escogido el mejor a la defensa.
Recientemente, En Reynosa, México, tuvo lugar el Campeonato Panamericano de Béisbol sub-10 con la participación de varias selecciones, entre ellas, Panamá, Brasil, República Dominicana, Venezuela y México.
En ese torneo los canaleros se metieron entre los cuatro grandes y ubicaron tres de sus jugadores entre los mejores: Bryant Quintero, campeón de bateo, carreras anotadas, bases robadas y mejor campo corto; Gabriel Ledezma, titular en remolcadas y mejor primera base; y Armando Stanziola, mejor receptor.
LEYENDA SOBRE EL MONTÍCULO
Cuando se habla de una leyenda viva en el béisbol, el nombre de Mariano Rivera resalta como un sinónimo de excelencia y dominio en el montículo.
El serpentinero, nacido en Puerto Caimito (La Chorrera), redefinió la función de cerrador en las Grandes Ligas, tras lograr cifras que parecen inalcanzables, incluso para generaciones futuras.
Rivera no solo fue el líder histórico en salvamentos con 652, sino que su legado se cimenta en su consistencia, profesionalidad y capacidad de brillar bajo presión.
Según expertos, su arma principal, la recta cortada (cutter), desconcertó a los mejores bateadores durante dos décadas. Rivera lo ejecutaba con tal precisión que, incluso cuando los rivales sabían que lo tiraría, no podían conectarlo con autoridad.
Entre el 2000 y su retiro, en 2013, registró la totalidad de sus juegos salvados, lo que lo convirtió en una pieza indispensable para los Yankees en su época más dominante.
Rivera fue un símbolo de éxito para la dinastía de los Yankees a finales de los 90 y principios de los 2000. En esa etapa ayudó al equipo a conquistar cinco títulos de Serie Mundial (1996, 1998, 1999, 2000 y 2009).
Su desempeño en la postemporada es simplemente legendario: en 141 entradas lanzadas registró una efectividad de 0.70, la mejor en la historia de los playoffs.
En 2019 resultó el primer jugador en la historia del béisbol en ser elegido al Salón de la Fama de Cooperstown de manera unánime, un reconocimiento que refleja no solo su habilidad, sino también su intachable carácter.
Dentro y fuera del campo, Rivera fue un ejemplo de humildad, trabajo duro y profesionalidad. Inspiró a generaciones de jugadores, especialmente en Panamá, donde es un ícono deportivo y cultural.
Rivera se suma al pelotero Rod Carew como los únicos panameños elegidos al templo de los inmortales, y encabezó en la misma exaltación a un grupo que incluyó además a los lanzadores Mike Mussina, Lee Smith y el difunto Roy Halladay y a los bateadores designados Edgar Martínez y Harold Baines.
A Baines y Smith los seleccionó en diciembre el comité de veteranos. Rivera, Mussina, Martínez y Halladay fueron elegidos en enero de 2019 por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Estados Unidos.
Aunque Carew fue uno de los mejores bateadores de todos los tiempos, Rivera es el ícono nacional. Tiene, además, el mejor ERA+ de cualquier lanzador que haya pisado un montículo de la gran carpa estadounidense (205).
El legado de Mariano Rivera no solo está inscrito en los libros de récords, sino también en la memoria colectiva de los fanáticos del béisbol.
Tras su retiro del deporte activo en 2013, y su exaltación al Salón de la Fama seis años después, el expelotero ha realizado diversas labores de índole social en El Salvador, Guatemala, Honduras, República Dominicana, entre otros países.
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