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jueves 21 de noviembre de 2024
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ESCÁNER: La India, un enorme flujo de migrantes (+Fotos +Video)

Nueva Delhi (Prensa Latina) India, el segundo país más poblado del mundo con alrededor de mil 350 millones de habitantes, la mayoría de ellos en las áreas rurales, tiene una vasta diáspora esparcida por casi todos los continentes.

Su población emigrante es la mayor de todo el orbe y también resulta muy heterogénea, pues comprende a trabajadores de diferentes categorías y sectores, así como a estudiantes y personas en situación irregular.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la India se convirtió en la principal fuente de migrantes internacionales con 17,5 millones que constituyen el 6,4 por ciento del total mundial. Le siguen México (12 millones), China (11 millones), Rusia (10 millones) y Siria (8.0 millones).

La OIM define al migrante como toda persona que se desplaza a través de una frontera internacional o dentro de un Estado fuera de su lugar de residencia habitual. Se trata de un fenómeno global causado por factores económicos, sociales, políticos, culturales, medioambientales, sanitarios y educativos.

 

 
En la India la migración interna, alimentada por una tasa creciente de urbanización y por la diferencia salarial existente entre el campo y la ciudad, es mucho mayor que el desplazamiento a otros países. En ese sentido, se prevé que la población urbana del país crezca desde los 410 millones de personas estimadas en 2014 hasta 814 millones para 2050.

El matrimonio es una de las principales razones de la migración femenina tanto en las zonas rurales como en las urbanas. En contraparte, para la migración masculina resulta el empleo una de sus causas fundamentales tanto en el campo como en las ciudades.

Los emigrantes se emplean sobre todo en la construcción, el trabajo doméstico, el textil, las fábricas de ladrillos, el transporte, las minas, las canteras y la agricultura.

El destino preferido en el exterior por los emigrantes indios fue Emiratos Árabes Unidos (3.5 millones), seguido de Estados Unidos (2.0 millones) y Arabia Saudita (1.9 millones), según el informe sobre inmigración internacional de 2019 de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA, por sus siglas en inglés).

Lejos de ser la plaza de emigrados más importante del mundo, la India alberga 5,1 millones de inmigrantes, según datos de la División de Población de UNDESA.

Aunque los números de refugiados y solicitantes de asilo descendieron entre 1990 y 2019 (de 212 mil 700 a 207 mil 600), constituyen una proporción cada vez mayor del total de la población inmigrante en la India (de 2,8 por ciento en 1990 a 4,0 por ciento en 2019).

El 95,3 por ciento de los inmigrantes de la India en 2019 procedía de la región de Asia central y meridional, que comprende países vecinos como Bangladesh, Pakistán, Nepal, Bután, Sri Lanka y Afganistán.

Como los inmigrantes se desplazan en busca de mejores medios de vida y educación, un aumento de las tasas de inmigración interna en un país determinado es un indicador de la trayectoria de su crecimiento y desarrollo.

De acuerdo con el profesor S. Irudaya Rajan, del Centro de Estudios del Desarrollo en Kerala, la India tenía 600 millones de emigrantes en 2020.

En otras palabras, aproximadamente la mitad de la India vive en un lugar donde no nació. Esto se debe a que la mayor parte de la migración interna del país se produce dentro de un mismo distrito.

Se calcula que 400 millones de indios emigran dentro de los distritos donde viven, otros 140 millones de un distrito a otro pero dentro del mismo estado, y los restantes 60 millones se desplazan de un estado a otro.

El profesor RaviSrivastava, director del Centro de Estudios sobre el Empleo del Instituto de Desarrollo Humano, precisa que cerca de 60 millones de personas regresaron a sus zonas rurales de origen tras los cierres provocados por la Covid-19, una estimación que da una medida del choque laboral sufrido por la economía india debido a la pandemia.

EFECTOS MIGRATORIOS DE LA COVID-19

Los cierres en la India provocados por la enfermedad contagiosa fueron reflejados las imágenes de los trabajadores migrantes que tuvieron que regresar desde las ciudades hasta sus hogares en el campo hambrientos.

A menudo se trasladaron con niños pequeños a cuestas y poco apoyo del gobierno, en un desplazamiento de personas descrito por los expertos como el segundo mayor desde la partición del país tras su independencia del colonialismo británico en 1947.

Millones de trabajadores migrantes en la India que ganan el sustento diariamente debieron abandonar las ciudades donde tienen sus puestos de trabajo en largas marchas de centenares de kilómetros hasta sus aldeas, luego del bloqueo de actividades decretado para tratar de detener la cadena de contagios de la Covid-19.

La paralización abrupta de las obras, fábricas, granjas, oficinas, tiendas y otros lugares en los que antes trabajaban significó la pérdida de millones de empleos y el obligado retorno a casa en una migración “inversa”.

La gran mayoría de estos trabajadores migrantes laboraban sin ninguna protección legal en el sector informal, sin beneficios de seguridad social ni ahorros ni redes de seguridad, en aras de sostener la supervivencia de sus empobrecidas familias.

CAMBIO CLIMÁTICO Y MIGRACIÓN

Por otra parte, las pruebas científicas sugieren que el cambio climático provocado por el ser humano influye en el patrón de la migración y los desplazamientos de forma muy visible a lo largo de la costa de la India.

Los más de siete mil 500 kilómetros cuadrados de litoral del vasto y populoso país surasiático corren un alto riesgo de sufrir los efectos del calentamiento global relacionados con la subida del nivel del mar, que sumó 8,5 centímetros en los últimos 50 años.

Las inundaciones de 2018, que desplazaron a cerca de 1,4 millones de personas en el estado indio de Kerala, son un recordatorio de las consecuencias probables del impacto del cambio climático.

Megaciudades indias como Bombay, Chennai y Calcuta corren un alto riesgo de inundación por el alza del nivel del mar y es probable que millones de personas que habitan en esas zonas urbanas costeras deban trasladarse hacia lugares más seguros en el futuro.

Las regiones costeras indias, donde viven unos 170 millones de los mil 350 millones de habitantes del país, están en la primera línea de un clima cambiante, y experimentan además la erosión y desastres naturales como las tormentas tropicales y los ciclones.

Una prueba de esa vulnerabilidad se produjo en mayo de 2020, cuando la tormenta más fuerte registrada en décadas en el golfo de Bengala -el ciclón Amphan- obligó a evacuar a millones de personas. Causó grandes daños en el este de la India, específicamente en el estado de Bengala Occidental, y también en el vecino país de Bangladesh.

Entre 1990 y 2016, la India perdió 235 kilómetros cuadrados de tierra por la erosión costera, poniendo en peligro los medios de vida y los hogares de mucha gente.

Según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, alrededor de 3,6 millones de indios fueron trasladados anualmente entre 2008 y 2018, la mayoría como resultado de las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas, las más intensas del sur de Asia.

Es muy probable que el cambio climático intensifique más el actual patrón de desplazamiento en las zonas costeras de la India, como en los Sundarbans, el rico ecosistema que contiene el mayor bosque de manglares del mundo, con casi 10 mil kilómetros cuadrados.

Los Sundarbans, cuyo nombre en bengalí simboliza “bello bosque”, entre el estado indio de Bengala Occidental y Bangladesh, significan directa o indirectamente el sustento de más de 1,3 millones de personas y también moderan los impactos físicos de los ciclones en la región.

Caracterizada por altos niveles de pobreza y la exposición a peligros naturales y la subida del nivel del mar, la salinización del suelo y del agua, los ciclones y las inundaciones, la zona es una de las más peligrosas para millones de indios.

arb/to/abm

Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, el departamento de Fotografía, la editora Amelia Roque, el jefe de la Redacción Internacional, Antonio Rondón, y la webmaster Wendy Ugarte.

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