Por Mariela Pérez Valenzuela
Corresponsal jefa en República Dominicana
¿A qué más podría aspirar el pequeño hijo de una lavandera, que creció sin un padre a su lado, y cuyo sueño era estudiar soldadura desde el día en que supo cómo unir dos laticas y convertirlas en una figura? Ese día, aunque no lo sabía, trazaba su destino como creador de algunas de las piezas más importantes y admiradas del arte dominicano.
Como muchos niños pobres, trabajaba para ayudar a la economía familiar. Cuando terminaba en la escuela pública del barrio donde estudiaba, Morales solía trasladarse a un taller de soldadura en el que aprendió a moldear el hierro y otros metales, hasta que un día alguien le dijo “tú eres un artista”, definición que, según dijo en una entrevista, no comprendió en aquel momento.
Morales nació en la nordestina provincia de La Romana, donde desarrolló su obra escultórica y devino maestro forjador de metales que revolucionó el arte de la herrería artística en República Dominicana, en opinión de la crítica especializada.
Con 16 años viajó a Santo Domingo, la capital, en busca de un empleo cuando era apenas un muchacho delgaducho que aspiraba a superarse en la forja y en lo que ya se vislumbraba como un creador artístico.
Entonces consiguió empleo en la compañía Los Navarros y a la vez estudió en la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armadas, donde después devino instructor del centro.
Desde ese momento -y hasta su fallecimiento en 2020-, este artista logró penetrar en importantes circuitos del arte, como el proyecto Chavón, en el que se dieron cita reconocidos artistas del diseño. Esta oportunidad marcó un antes y un después en su vida.
Su obra con la familia Charles Bludhorn, dueño del proyecto de Chavón, le permitió crear obras más profesionales y artísticas, pues debía interpretar las ideas del diseñador Roberto Copa, y luego las de su coterráneo, el famoso Oscar de la Renta, dando vida a sus pasarelas.
De la Renta, uno de los grandes de la moda mundial, le llamó para hacer una exposición engalanada por sus piezas metálicas.
Mostró sus obras y a partir de la oportunidad que le dio el diseñador dominicano empezaron a llamarlo clientes internacionales que buscaron su presencia en circuitos de Italia, Alemania, Estados Unidos y otros países.
Morales -según fuentes especializadas, no tiene aún el reconocimiento merecido en este país- vio cómo se abrían las puertas de importantes espacios y crecían los encargos de famosos clientes y las colaboraciones con otros artistas.
FUNDACIÓN EL ARTÍSTICO
Siempre preocupado por el futuro de los jóvenes que sentían interés por el arte, en su mayoría pobres, creó la Fundación El Artístico, donde formó, hasta su fallecimiento, a numerosos creadores que continúan forjando hierro, bronce, acero inoxidable, aluminio, plata y otros metales.
En su taller y oficinas de la Fundación, situadas a la entrada de La Romana, se escucha cada día un escandaloso sonido marcador del ritmo que imprimen los jóvenes estudiantes -siempre fueron sus ayudantes- para dominar los metales y convertirlos en piezas de valor artístico.
Las obras de Morales, quien ha sido llamado “el mago” por las formas que logró dar a sus piezas con un sello personal e irrepetible hasta ahora, aparecen en República Dominicana y en otras plazas internacionales.
Famosos son el toro de hierro en mosaicos pasteles, la estilizada mujer de rojo, el caballo en barras de hierro que se yergue en sus dos patas traseras como si lanzara un grito de rebeldía, y la surrealista representación del ciclista.
Su obra expresa la innovación artística constante que se apoderó de sus manos fuertes. Hizo desde pequeñas lámparas de mesa hasta verjas decorativas para viviendas y grandes corporaciones. Entre sus obras más representativas destaca el “Reloj Escultórico”, de 30 metros de altura y 50 toneladas, situado en una de las principales avenidas de Santo Domingo.
La originalidad de sus piezas lo convirtió en uno de los principales diseñadores de estructuras metálicas de reconocidas cadenas de hoteles.
El forjador de metales más importante del país recibió distinciones como el Mérito Civil, otorgado por el Rey de España, del Senado de Puerto Rico, de la Cuarta Región de Chile y otras instituciones foráneas.
Sin embargo, algunos nombres del ámbito artístico dominicano coinciden en que el escultor y tallador no fue profeta en su tierra, aunque algunas de sus piezas están situadas en distintos espacios del país.
Su familia -esposa e hijas- montaron este mayo una exposición en la Galería 360 de Santo Domingo, al conmemorarse el quinto aniversario de la muerte del Maestro, el 14 de abril de 2020.
Ese homenaje póstumo trajo de vuelta, a los medios de comunicación, al forjador de bellezas y de valores que fue Morales, cuyo taller sigue dando la bienvenida a quienes deseen conocerlo más cercanamente en La Romana.
arb/mml/mpv