jueves 26 de diciembre de 2024
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ESCÁNER

ESCÁNER: A largo plazo …ya es presente (+Fotos)

La Habana (Prensa Latina) Las continuas alertas sobre las consecuencias de la deforestación siempre llevaban implícita la frase “será un problema en el futuro” o “a largo plazo”, pero la realidad demuestra que podemos hablar en presente de la tan anunciada tragedia.
Por:
Joel Michel Varona
Periodista de la Redacción de Ciencia de Prensa Latina

La actividad humana alteró casi el 75 por ciento de la superficie terrestre al atentar contra la flora y fauna silvestre, y la propia existencia del ser humano.

Los bosques todavía cubren alrededor del 30 por ciento de las regiones del mundo, pero en los últimos 14 años la deforestación arrasó con más 43 millones de hectáreas en todo el planeta.

Actualmente existen 24 lugares en el orbe que tienen una concentración significativa de puntos críticos en ese aspecto, donde grandes áreas de bosques están amenazadas.

Puntos como la Amazonia, Indonesia y África Central ya son viejos conocidos por ese impacto, sin embargo, ahora se suman -según el informe “Frentes de deforestación: causas y respuestas en un mundo cambiante”-  Ghana, Costa de Marfil y Liberia en África Occidental.

Mientras, en África Oriental aparece Madagascar con tal situación. En América Latina engrosan la lista Guatemala, México, Venezuela y Guyana.

Y de hecho franjas boscosas del tamaño de Panamá o California desaparecen cada año, a veces con daños irreversibles a la calidad de los suelos.

ALGUNAS CAUSAS DE LA DEFORESTACIÓN
La agricultura comercial sobresale como una de las principales causas de la deforestación, pues se despejan grandes áreas a fin de generar espacios para el ganado y los cultivos.

Algunos analistas consideran que la creciente demanda europea de productos como soya, carne de ganado, cacao y aceite de palma aceleran el proceso de aniquilación de los bosques.

Las operaciones madereras comerciales promueven la tala indiscriminada de innumerables bosques cada año.

Igualmente los leñadores ilegales o ligados a empresas transnacionales también construyen carreteras para acceder a bosque remotos, lo que conlleva a un incremento de la deforestación.

Millones de dólares se mueven en el mercado mundial a través de la importación de madera, carbón vegetal, productos manufacturados, pasta de madera y celulosa, fibra celulósica, papel y cartón.

También crece la demanda de caucho, gutapercha (resina natural), el guayule (utilizado en neumáticos, guantes de cirugía, catéteres, preservante para madera, pesticidas y plastificantes, entre otros productos, familia de las gomas naturales).

En los últimos años, pese cumbres internacionales con sus tradicionales declaraciones finales y firmas de acuerdos, la industria maderera sigue profundizando la herida de la madre naturaleza.

Los bosques y selvas también son blancos del crecimiento urbano constante, incendios forestales y leyes medioambientales deficientes.

Según el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, al referirse al estado de los bosques del mundo en 2020, desde 1990 desaparecieron unos 420 millones de hectáreas de árboles.

Es necesaria -plantea la publicación- la inversión en la restauración de la tierra, puesto que solo así será posible mejorar los medios de subsistencia y reducir las vulnerabilidades.

EN LA COP 26
Los líderes mundiales presentes en la Cumbre de Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas COP 26, efectuada en noviembre pasado en Glasgow, Escocia, hicieron el compromiso de acabar con la desforestación para 2030.

Algunos escépticos piensan que el anuncio puede convertirse en otra promesa vacía y que, sin medidas concretas, la desaparición de las zonas boscosas continúe e incluso se acelere.

Este nuevo compromiso, en opinión de los ambientalistas, debería ser recibido con cierta desconfianza, pues basta recordar que en 2014, la Declaración de Nueva York sobre los Bosques también estableció un objetivo de no deforestación para 2030.

BIODIVERSIDAD
El ser humano en pleno siglo XXI corre muchos más peligros de los que él mismo podría imaginar, y si la desforestación puede calificarse como un proceso casi catastrófico, la pérdida de biodiversidad también lo es para la humanidad.

Ella está amenazada y el principal culpable es aquel que, paradójicamente, más depende de ella, así que frenar su proceso de extinción resulta uno de los más grandes retos humanos en el mundo.

El quinto informe sobre la diversidad biológica, publicado en septiembre de 2020 por la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos, denunció el incumplimiento de muchas naciones en los objetivos para detener la destrucción de la biodiversidad.

Fueron 20 puntos a seguir según el Plan Estratégico para la Diversidad Biólogica (2011-2020), establecido por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Luego de una década de establecidos esos compromisos, ninguno fue cumplido al 100 por ciento, de ahí el impacto negativo sobre las especies, ecosistemas y el propio ser humano.

Cartel Animado

Algunos investigadores hablaron de un sexto proceso de extinción masiva en la historia del planeta, luego que la Organización de las Naciones Unidas advirtiera que un millón de especies, de un total que ronda los ocho millones, está en peligro de desaparecer.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático impacta sobre la biodiversidad a diversos niveles: la distribución de las especies, la dinámica de las poblaciones, la estructura de las comunidades y la función ecosistémica.

La contaminación, que no solo se reduce al humo de los automóviles y chimeneas de las industrias, también cuenta la lumínica y acústica.

Otro factor lo constituye la destrucción de los hábitats, dada en gran medida por las afectaciones a los suelos, estas derivadas muchas veces de la desforestación de las zonas boscosas.

Este elemento guarda relación también con la sobreexplotación de los recursos naturales, al sufrir una alta velocidad en su consumo y una lenta regeneración natural.

Una tercera arista del problema que atenta contra la biodiversidad es la invasión de especies exóticas ya que actúan como depredadores, compiten por el alimento, se hibridan con las especies nativas, e introducen parásitos y enfermedades.

La directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen, consideró vital “trabajar con el medio ambiente para proteger a las personas”, por eso la importancia de reconstruir un planeta más sano sobre una base científica sólida y políticas ambientalistas efectivas.

arb/joe

Colaboraron en este trabajo:
Amelia Roque
Periodista Prensa Latina
Wendy Ugarte
Editora Web Prensa Latina