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sábado 23 de noviembre de 2024
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Solidaridad en Latinoamérica y Europa con huelga en Argentina

Berna, Suiza (Prensa Latina) En decenas de ciudades, miles de personas, especialmente latinoamericanas y europeas, acompañaron el paro del 24 de enero en Argentina. Una gran parte de la prensa internacional subraya el hecho “multitudinario” de la protesta.

Sergio Ferrari*, colaborador de Prensa Latina

Prensa europea contrasta las cifras “oficiales”

La Radio Francia Internacional (RFI) señala en una revista de prensa sobre la huelga publicada el jueves 25 en su sitio Web: “Otro disparo de advertencia contra el nuevo poder ultraliberal en Argentina. Según la CGT, la principal central sindical, un millón y medio de personas se movilizaron ayer en todo el país, de las cuales 600 mil sólo en la capital Buenos Aires”.

La TV pública suiza, por su parte, trasmitió un reportaje desde Argentina de varios minutos con imágenes y entrevistas sobre la protesta, subrayando el carácter gigante de la jornada de huelga. El servicio informativo subraya que “Buenos Aires estuvo semiparalizada por la amplia adhesión a la huelga”.

 

En cuanto a los niveles de participación, la Televisión Española, informa sobre las distintas fuentes y cifras, sin darle un especial crédito a los voceros oficiales. La RTVE afirma que “el Ejecutivo argentino ha cifrado en 40 mil personas las personas que han participado en la marcha hacia la Plaza del Congreso. Mientras la Policía de la Ciudad de Buenos Aires ha estimado en 130 mil los asistentes y la central sindical ha calculado en 600 mil, tanto en la Plaza del Congreso como en calles aledañas, y ha elevado a 1,5 millones el seguimiento en todo el país”.

El cotidiano italiano La Reppublica tituló “Argentina, primer golpe contra Milei. Buenos Aires paralizada por las protestas”. Y sostiene que “500 mil personas en la capital, y otro millón en el resto del país, se han cruzado de brazos contra la “Ley Ómnibus” sobre privatizaciones y recortes. El Parlamento pospone el debate una semana”.

La solidaridad ganó la calle

El apoyo internacional más significativo a la huelga se expresó a través de las manifestaciones en, al menos, un medio centenar de ciudades de América Latina y Europa, muchas de ellas capitales como París, Roma, Londres, Ámsterdam, Berna, Lisboa, Bruselas, Brasilia, Montevideo, Santiago de Chile o Ciudad de México. También en lugares emblemáticos como la Plaza de las Naciones de Ginebra, Suiza, frente mismo a la sede europea de las Naciones Unidas, “capital mundial” de los Derechos Humanos.

En todas ellas, y tantas otras (como San Pablo, Recife o Valencia y Toulouse, por citar solo algunas) grupos de argentina-os y latinoamericana-os residentes en el exterior convocaron a acciones de apoyo y acompañamiento a la protesta argentina en lo que constituyó un verdadero tsunami solidario donde no faltaron las Whipalas internacionalistas.

 

Ninguna *tregua* política a los 100 días, como es habitual ante nuevos gobiernos. Ni dentro del país ni en el terreno internacional, donde la figura de Milei, en un momento presentada por algunos medios internacionales de prensa como “exótica” y “novedosa”, se devalúa aceleradamente. Su reciente presencia en el Foro Económico de Davos fue un golpe de gracia para aquellos que pretendían reivindicar, afuera, el perfil “original” del actual presidente argentino.

Una solidaridad internacional renovada

“El papelón del discurso de Javier Milei en Davos, denunciando enemigos socializantes en cada rincón, atacando a casi todo el mundo (incluso organizaciones internacionales y la Agenda 2030 contra la pobreza de las Naciones Unidas), subrayando su antifeminismo y su negacionismo climático, llamando héroes a los gerentes de las transnacionales, asumiendo un liderazgo mundial anti-Estado, hizo que mucha gente que no lo conocía, se convenciera de lo sectario y peligroso de sus ideas”, explica Marcella Camerano, militante de Argentinos para la Victoria (ApV) provincia 25, Suiza. Y reflexiona: “paradójicamente, ese primer viaje al exterior, aquí, a Suiza, nos permitió reforzar nuestra solidaridad hacia el pueblo argentino y recoger nuevas adhesiones”. Camerano constata que está naciendo una nueva etapa del movimiento de solidaridad con Argentina, en respuesta al ajuste estructural y las políticas agresivas del nuevo gobierno.

Explica que “en la manifestación con centenas de participantes que organizamos en la Plaza de las Naciones Unidas en Ginebra, y en paralelo en Berna, hemos comprobado, en los hechos, el apoyo de diversos actores sociales como la Unión Sindical Suiza, la más importante del país, de otros sindicatos, así como de grupos culturales y asociaciones de residentes latinoamericanos y argentina-os».

La militante de ApV, con muchos años de experiencia en el campo internacional, se aventura a lanzar una hipótesis: “pareciera que, al pasar a la oposición, el movimiento nacional y popular argentino genera y canaliza nuevas y renovadas simpatías de sectores que hasta diciembre del año pasado no se pronunciaban”.

“Preocupa la agresión al Estado Social”

Los promotores de las protestas europeas, fundamentaron la jornada de solidaridad del miércoles 24 a través de diversos mensajes públicos. Por ejemplo, una veintena de organizaciones francesas afirman que el poder ejecutivo argentino pretende que se le otorguen “competencias propias del funcionamiento del Parlamento durante la totalidad de su mandato de 4 años”. Y concluyen que Argentina está experimentando así un “intento de golpe institucional”, como lo señalan en su declaración promovida por la Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia (ACAF).

A la misma se adhirieron, entre otras, la Intersindical (reúne seis de las principales centrales de trabajadora-es del país), la Federación Internacional de los Derechos Humanos y los partidos Francia Insumisa, Comunista, Socialista, Los Verdes, el de los Trabajadores y el Nuevo Anticapitalista, así como muy diversas asociaciones solidarias.

 

“La que logramos hacer en París, constituyó una convocatoria muy importante, nutrida, variada y diversa. Participaron entre 400 y 500 personas. La hicimos frente mismo a la Embajada argentina, lugar muy conocido y emblemático ya que durante la dictadura se realizaban allí permanentes movilizaciones”, explica Laura Franchi, copresidenta de la ACAF, quien recuerda, anecdóticamente, que se había debatido previamente si este acto debía convocarse en la emblemática Plaza de la República o frente mismo a la Torre Eiffel. “Finalmente todas las organizaciones participantes acordaron que era a nosotra-os, las y los argentinos residentes en Francia, a quienes correspondía decidir el lugar. Para la ACAF siempre fue claro que debíamos hacerla frente a la embajada, asegurando así, también, poder entregar en sus propias manos al embajador o a algún alto funcionario, nuestra declaración de oposición rotunda a las medidas, decretos y leyes que impulsa el Gobierno de Milei”.

“Se sintió en estas últimas semanas un resurgir del movimiento de solidaridad con Argentina. Muchos están viendo en la figura de Milei la representación de un proyecto peligroso que atenta contra el Estado, los avances sociales y la equidad, y que sería también nefasto si se intentara aplicar en Francia o en cualquier país de Europa o del mundo”, sostiene Franchi. No hay que subestimar, reflexiona la militante de la ACAF, que en diversas naciones del Viejo Mundo se vienen fortaleciendo fuerzas de derecha y ultraderecha y amplios sectores sociales están atentos y preocupados por este fenómeno.

“Al aparecer en Argentina este personaje con su proyecto avasallador de las conquistas sociales, muchos también aquí sintieron lo que podría significar para ellos un gobierno de este tipo. Constataron que se había pasado la frontera de lo políticamente aceptable. Y aunque es evidente que hoy predominan, tendencialmente, en la Unión Europea propuestas que van en la dirección de debilitar el Estado, da miedo, que, a semejanza de Milei, no se respete la institucionalidad, la división de poderes, y se busque frontalmente aniquilar completamente el Estado social”, concluye Franchi.

rmh/sf

*Periodista argentino residente en Suiza

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